En un día de tormenta apareció una extraña niña en las calles de Japón, esta se verá involucrada con uno de los más importantes miembros del shinsengumi, lo que la llevará a presenciar los acontecimientos más importantes de la época feudal y descub...
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El olor a polvo y humedad llenó el aire, provocando que Megumi instintivamente se tapara la nariz con su mano y comenzara a toser. Una vez que se acostumbró al ambiente, sus ojos vagaron indiferentes por aquel lugar espacioso y oscuro, pero extrañamente familiar para ella.
Al saber en donde estaban las cosas y objetos, se dirigió hacia la esquina derecha de la habitación, guiada por un instinto desconocido, hasta llegar a un interruptor. Con un clic las luces parpadeantes iluminaron el lugar, revelando pequeños estantes apilados de libros que parecían haber sido abandonados durante siglos.
En un impulso, sus dedos se posaron en un libro en particular, la cubierta poseía un color marrón casi rojizo, mostrando signos evidentes de deterioro y el título estaba escrito en un idioma antiguo que apenas se lograba comprender, debido a las palabras borradas, por la falta de un cuidado adecuado para su preservación. Sus curiosos ojos recorrieron cada una de las líneas, luchando por desentrañar su significado, pero solo pudo descifrar la palabra "heroicos" de la portada, después lo abrió en una página al azar y la imagen comenzó hacerse borrosa y justo antes de que se despertara ella distinguió la primera línea del párrafo que decía "Clase Saber Sakura".
Al abrir los ojos se sintió extraña, recordaba casi todo lo que había pasado en su sueño, pero había una emoción persistente de que estaba olvidando algo importante. Ciertamente ella conocía aquella biblioteca, por lo que pensó que podría ser una parte de su casa, sin embargo se hallaba completamente sola, pero tenía el presentimiento que eso no fue el caso, era como si su propia conciencia le susurrara que había alguien más ahí...
-Megumi ya es hora de desayunar - llamo Souji a la pelirroja que estaba distraída en su propio mundo
-¿Eh? si.. - respondió mientras se ponía de pie y caminó junto al chico hasta el comedor, por un momento se detuvo para arrodillarse de la forma más cómoda posible, para alcanzar la comida que se encontraba sobre unos bajos cubos de madera, admitiendo internamente que estaba muy incómoda y se veía obligada a mover los pies constantemente para evitar acalambrarse debido a la falta de costumbre.
-Megumi ¿Qué pasa? - preguntó la mayor al notar el movimiento de la niña
-Solo me duelen un poco las piernas en esta posición - respondió la pequeña con naturalidad
-Que extraño, de esta manera comemos todos los ciudadanos, ¿Cómo lo hacías tú?
-Con sillas altas para sentarse y una mesa
Esto sorprendió a Kin, ya que estaba comenzando a notar que la pequeña no era de Japón. Temerosa de que alguien pudiera descubrir su verdadera identidad y meterse en problemas con los samurais. Kin sintió cómo sus manos empezaban a temblar, pero rápidamente ocultó sus emociones detrás de una sonrisa forzada y dejó de hablar del tema.
