Megumi no sabía cuánto tiempo había estado caminando y la verdad dejó de importarle, incluso el lugar a donde se dirigían. Su mente estaba más abrumada por la preocupación hacia su amigo que permaneció en silencio durante todo el trascurso, con un semblante pálido y lúgubre, como si estuviera a punto de entrar en una crisis.
-Ya llegamos - dijo el hombre con voz tranquila, lo que hizo que Megumi mirara al frente y se encontrara con una gran casa construida de madera. El edificio mostraba claramente los signos del paso del tiempo y la exposición a las lluvias, como fue el caso de las grietas y desgastes del techo, que aún cumplía su función de proteger el interior.
El jardín que lo rodeaba estaba ligeramente descuidado, pero aun se podían apreciar algunos árboles y plantas que añadían un toque decorativo.
Cerca de la entrada, un letrero tallado en madera colgaba, mostrando con orgullo el nombre del sitio. Aunque las inclemencias del tiempo habían dejado su huella, el letrero seguía siendo legible, dando la bienvenida a los visitantes.
-¿Esta es tu casa? - preguntó con curiosidad la pequeña, mientras analizaba la propiedad y sus alrededores
-Mi padre es el dueño del dojo Tennen Rishin-Ryu - en ese momento algo hizo clic en el cerebro de Megumi, quien estaba segura que había escuchado ese nombre en alguna parte, pero por más que intentaba recordar en donde, las imágenes se tornaban borrosas.
-Ya es muy tarde, así que los presentaré oficialmente mañana. Por hoy, creo que deberían limpiarse - ella miró sus ropas y supo a lo que se refería. Los dos se encontraban manchados de aquella sustancia pegajosa, tibia y de color carmesí y el olor a hierro comenzaba a impregnarse en sus cuerpos - ¿Pueden hacerlo solos? - Megumi asintió ante la pregunta de Kondo, para evitar molestias y conservar su propia privacidad.
Al ser guiados dentro de la residencia, caminaron hasta una de las habitaciones más apartadas en donde se encontraba una pequeña estructura de madera con agua limpia y tibia y después de que Kondo se retiro. Los dos comenzaron a sacarse la ropa manchada y dejarla en una pequeña canasta, mientras se sumergían en el agua, permitiendo que la calidez envolviera cada centímetro de sus cuerpos y borraran todo rastro de suciedad en ellos.
Para Megumi, la sensación del agua en su piel la ayudaron a relajarse, permitiendo que la tensión se disolviera; sin embargo el silencio comenzó a inquietarla.
-¿Souji? ¿Estás bien? - pregunto mientras se acercaba a su compañero, el cual no dio indicios de responder a su pregunta - (No lo parece ¿Debería dejarlo tranquilo por un rato?) - negó con la cabeza de inmediato, cuando alguien se siente rechazado la mejor cura es hacerle saber que no está solo.
Al terminar de secarse y cambiarse, compartieron uno de los futones y se acostaron en cada extremo para dormir. El ambiente tranquilo y acogedor parecía propicio para el descanso, sin embargo Megumi comenzó a moverse de un lado a otro, la imagen de los cuerpos siendo cortados, el olor putrefacto llenando el aire y la tibieza de la sangre en sus manos, le fue recordada como una pesadilla, evitando que pudiera soñar tranquilamente.
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Lycoris Radiata DT (Okita Souji x Reader)
FanfictionEn un día de tormenta apareció una extraña niña en las calles de Japón, esta se verá involucrada con uno de los más importantes miembros del shinsengumi, lo que la llevará a presenciar los acontecimientos más importantes de la época feudal y descub...