Capitulo 6

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La pequeña Megumi yacía postrada en su cama, su frágil figura se encontraba cubierta por mantas, para aliviar un poco el escalofrío que su fiebre provocaba en todo su cuerpo

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La pequeña Megumi yacía postrada en su cama, su frágil figura se encontraba cubierta por mantas, para aliviar un poco el escalofrío que su fiebre provocaba en todo su cuerpo. 

Después de haber colapsado su respiración permaneció entrecortada y el aumento de temperatura la había mantenido inconsciente por varios días. A medida que comenzaba a presentar mejoras su mente estaba entre la ensoñación y la lucidez, por lo que podía escuchar los murmullos que provenían de la habitación contigua.

-¿Cómo está Megumi doctor? - pregunto Kondo con una voz preocupada, esperando algo ansioso noticias sobre la salud de la pelirroja

-Su fiebre está cediendo, lo que es una buena señal - el médico comprobó todos los síntomas de su nuevo paciente y los examinó adecuadamente para poder dar su diagnostico - Tengo la sospecha de que su estado se debe a una sobrecarga de información en su cerebro o una reacción al tratar de recuperar sus memorias de manera forzada - mencionó con una voz serena, mientras guardaba todos sus instrumentos y medicamentos en su bolso y le daba a Kondo una hoja sobre los procedimientos que debía seguir, para que el paciente recuperará completamente su salud.

Por otra parte, la chica escuchaba su conversación mientras que su cuerpo permanecía inerte, se sentía tan cansada e indefensa que era inevitable comenzar a divagar en sus pensamientos, sobre los acontecimientos más recientes, empezando por su amnesia. Aunque una parte de ella anhelaba poder recordar quien era y cómo había llegado a ese lugar, la otra parte temía enfrentar la verdad, porque estaba segura que no tuvo una vida normal. Cada uno de los flashback que tuvo era una señal de ello y tenía el extraño presentimiento que muchas cosas de ella cambiarían.

En medio de aquella incertidumbre, un gesto acogedor y familiar reconfortó a Megumi, al sentir una pequeña y delicada mano reposar suavemente sobre su frente, transmitiendo una sensación de protección y compañía. En ese instante no necesitaba estar consciente para reconocer la identidad de aquella persona, pues los únicos niños que vivían en el dojo eran ella y Souji.

Saber que su amigo se encontraba a su lado, cuidándola, le otorgó una sensación de calma, como el resultado de ver una luz entre una oscuridad muy extensa, recordándole que no estaba sola y que sin importar su pasado, tendría a alguien para apoyarse. 

Dejó a un lado todo pensamiento negativo y comenzó a sucumbir al sueño, esperando que cuando despertara la próxima vez, su cuerpo tuviera la suficiente fuerza para levantarse y con suerte estar recuperada casi en su totalidad.

(...)Al amanecer del día siguiente, Megumi abrió los ojos lentamente, para acostumbrarse a la luz que se filtraba de la ventana, luego comenzó a forzar un poco su cuerpo para sentarse y después de tanto esfuerzo pudo comprobar que sus articulaciones aun estaban un poco adormecidas; sin embargo la fiebre había desaparecido casi por completo y tenía la mente despejada.

-¡Megumi, estás despierta! - al escuchar esa voz llena de alegría y alivio, reconoció a su amigo que había estado sentado junto al futón con una expresión llena de emoción y sin perder un segundo, el peli castaño se abalanzó sobre ella y la abrazó con tanta fuerza que ambos cayeron juntos sobre el futón.

Lycoris Radiata DT (Okita Souji x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora