Padre Joven

Capitulo 3

Nunca lo pensó, jamás, ni siquiera lo imagino, ni en sus sueños locos, es que no, no lo había pensado

Aunque definitivamente tenía razón en no hacerlo, no todos, por no decir nadie, se imaginarian a los trece años en la biblioteca solamente para leer como peinar

No, no podía imaginar a alguien pensando eso

Pero  allí estaba él, leyendo el tercer libro de peinados, justo en el capítulo que hablaba de como torcer una trenza que comienza como francesa para terminar suelta, y con ella, hacer una rosa, una de muchas rosas

Solo para un peinado que no duraría ni un día, definitivamente era complicado, casi tonto

Suspirando pesadamente alejo el libro, pensó que nada se comparaba a pociones, era imposible que algo fuera casi tan dificil, pero no tenía ni idea de que esto fuera tan complicado

Estaba que hacía el ensayó de pociones a cambio de dejar de leer el tipo de trenza que es dependiendo de la fuerza; y tan complicado ¿Que rayos significa "fuerte pero no muy apretado mientras desliza hacia abajo"?

Otro suspiro, nunca pensó que el cabello alguna vez le trajera un dolor de cabeza

Volteando su cabeza intentado distraerse miro por las grandes ventanas del salón

El clima cálido de la mañana informaba lo temprano que era, con una nubes blancas y grandes, un viento juguetón y calor suave, todo configurando un ambiente cómodo que despedía el invierno

Esa mañana, junto a las otras recientes, se había despertado temprano a pesar de ser día de descanso, levantándose directo a la biblioteca ¿Quien demonios dijo que la paternidad era fácil?

Aunque sinceramente no se podía considerar un padre, no si la dejaba a ella en el orfanato y solo la visitaba en vacaciones o al finalizar el curso, tenía que buscar una solución rápida para ello

Pero mientras, le bastaba con hacerla sonreír, por ello estaba en esas

Leyendo y leyendo libros sencillos, de práctica y muy difíciles, de peinados y otras cosas que la hicieran feliz

Pero no tenía sentido si solo pudiera peinarla cuando la viera, era muy poco tiempo, y no podía renunciar a hogwarts, si lograba un buen trabajo podría comprar pronto una casa y luego adoptarla y llenarla de felicidad, pero mientras, tenía que ser así

Él estudiando muy lejos mientras ella sufría sola por horribles matronas católicas y creyentes extremas

Sin embargo, ella era un ángel, parecía tan feliz con que solo fuera a verla, sonreía ante los "vestidos" que intentaba hacer y se maravilla a con solo un poco de chocolate

Quería darle algo, los pequeños dulces, la ropa remendada, más, quería darle lo que ella quisiera

Pero eso no solucionaba el dilema del cabello

Enojado al reconocer la situación, golpeo su frente levemente con el libro en su mano, tal vez no le gustará, pero tendría que enseñarla a peinarse sola

Peinarse a si misma a los 5 años, pronto 6, pero aún asi sabía que estaba mal

Realmente le molestaba no poder sentirse identificado, nunca le dijeron que se viera bien, pero esas señores exigían de ella que por lo menos se viera presentable cuando tuviera que aparecer al publico

La única opción era obvia, desearía con todo su corazón ser el quien luchará con hacerle una trenza, pero no, tendría que enseñarle a cuidarse a si misma a sus 5 años

Suspiro, nuevamente

Odiaba que dejara su infancia por ser autodidacta tan pronto

Tomo el libro más sencillo que encontró y se esforzó en memorizarlo y saber cómo hacerlo, para probarla y enseñar a su niña a peinarse

Valdría la pena, por qué ella se pondría feliz, por qué se vería más humana y podría fingir que la tratan como humana, y no como el mounstro que dicen que es, por qué claro, tiene magia

Ella era como el, un niño que creció ignorante a qué era lo que estaba mal, solo buscaba aprobación, una que nunca encontró

Pero ahora, él estaba para ella, era su papá, y no la abandonaría

Bien, ¿Quizás podría esforzarse un poco más en los peinados difíciles? Si ella se pusiera feliz por verse como una princesa, entonces todo estaría bien

~✿~

-Me veo hermosa ¡Gracias!- solto un susurro contenta mientras se veía en el reflejo de la ventana

-Princesa, no muevas la cabeza, aún me falta agarrar la trenza para que no se suelte- murmuro entre preocupado, bromista y contento el joven que intentaba poder poner un gancho de pelo