Capitulo 7

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-Adivina que tengo en mi espalda- hablo el joven con una sonrisa brillante y dulce, cómo siempre que se dirigía a su princesa.

-No lo se- murmuró ella en voz baja como respuesta

Su voz sonaba gastada por falta de uso, pero era normal, casi nunca hablaba antes de que él regresará, pero estaba bien, esa dulce voz no merecía ser escuchada en el horrible orfanato en el que vivía su niña.

-Es algo que necesitas- dió la pista el de cabello oscuro

-No lo se- respondió ella de nuevo pero aún conservando una pequeña sonrisa, adoraba las visitas de su papá, siempre parecía querer darle lo que tenían las demás niñas.

-ok, otra pista, se usa- añadió el jóven divertido

Y allí estaba otra vez esa sonrisa triste, le dolía tanto que ella no supiera lo que necesitaba, casi no se consideraba humana; él también había pensado mal de si mismo, pero la niña a su lado se consideraba un mounstro de verdad, sin siquiera ponerlo en duda.

-Aun no lo se- murmuró una vez más, pero aún tranquila y feliz, adoraba a su papá

Sin saber que su papá se prometió a su mismo una vez más, cuidarla siempre.

-Bien, entonces soy muy malo para jugar esto- suspiro con drama -que te parece si mejor cierras los ojos y luego miras- pregunto el chico juguetón viendo como la niña asentía

Oh, su pequeño ángel, tan pequeña y dulce, en serio esperaba poder darle más en un futuro

Lentamente, al ver las pestañas de su pequeña ocultar lo que quedaba de sus hermosos orbes oscuros, movió sus manos y saco unos limpios pero gastados zapatos negros de escuela, no eran nuevos y no eran de calidad, pero era mejor que ver a su niña descalza.

Los puso con delicadeza en las manos de su niña y vio como está se sorprendía y llenaba de curiosidad al sentir algo en sus manos, agradecía tanto que ella no ocultara lo que sentía, odiaria perder esas reacciones

-Abrelos pequeña, abre tus ojos- susurro Harry mientras la animaba, esperando que le gustara

Cuando la niña los abrió sus ojos se iluminaron con muchas luces, frente a ella habían un par de lindos zapatos de su talla, eran negros y tenían un cinturón para atarlos, se veían muy lindos.

-yo, Gracias papá- susurro emocionada y contenta, tanto que casi se tropieza con sus palabras

harry se arrodilló y tomo su pequeño pie, tomo uno de los zapatos y se reprimió ver con tristeza como ella por un segundo se pregunto si se los quitaria.

Tómo delicadamente las dos pequeñas medias blancas que había logrado conseguir, tenían rotos, si, pero no que se vieran

Se sintió como si estuviera vistiendo una muñeca, pues si princesa se había quedado quieta viendo cómo le ponía las medias y los zapatos delicadamente

Cuando ambos zapatos fueron atados, la pequeña se levantó con cuidado y fue hacia la ventana, logrando ver en el reflejo como su vestido azul, su pequeño collar de gota blanca, sus medias suaves y sus zapatos limpios la hacían ver bonita

-Te ves hermosa- aseguro su papá con orgullo

-Si- soltó ella suavemente asombrada e increíblemente contenta por su reflejo

-Mi pequeña princesa ¿que hice yo para tener una hija con tanta belleza?- pregunto su padre acercándose con una falsa seriedad antes de abrazarla con cariño

-Gracias papá- dijo la niña en voz suave

-No hay de que mi pequeña, a papá le gusta hacer cosas así por ti-

Padre JovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora