GIYUU TOMIOKA.

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Como ya hablamos de las vidas de las hermanas Kocho, ahora vamos a hablar de las vidas de sus parejas y de sus perspectivas hacia ellas.

Empecemos con Tomioka.

Tomioka Giyuu, novio de Shinobu Kocho, chico trabajador y estudiante al mismo tiempo, vecino de los Kamado y amigo de Sanemi Shinazugawa, su compañero de trabajo, en ocasiones.
Frio, distante y antisocial.

Cualquiera que viese a Tomioka de lejos podría pensar que él nació asi, que jamás valoró a su familia y que estaba totalmente solo.
Pero no era ese su caso.

Los padres de Tomioka fallecion a una temprana edad, lo único que le quedaba de familia era su hermana mayor Tsutako Tomioka, una joven hermosa de cabello oscuro y piel clara. Ataba su cabello en una trenza gruesa y atada con una cinta en la espalda y un flequillo suelto sobre la frente.
Sus ojos eran de un tono azul oscuro similar a los de Tomioka.

Ella siempre trabajó muy duro para poder darle una buena vida a Tomioka, mañana y tarde, las noches se las pasaba escuchando a Tomioka o ayudandolo con las tareas escolares.

Tomioka disfrutaba el tiempo con su hermana, no necesitaba nada más, no necesitaba a nadie más, nisiquiera amigos, asi creía él.

Hasta que ocurrió algo que cambiaría sus vidas, Tsutako se iba a casar con un hombre 10 años mayor que ella, ella tenía tan solo 17 años cuando aceptó.
Tomioka tuvo siempre un mal presentimiento sobre todo eso, para ser un niño jóven, era muy perceptivo.

Tsutako aceptó para poder darle una buena vida a Tomioka, aceptó la propuesta de su jefe para casarse a cambio de que pudiese darles dinero y una buena vivienda, mejor que la pequeña casa que aún no estaba completamente pagada.
Tsutako sacrificó su libertad por Tomioka

El primer mes de matrimonio no fue nada bueno, el hombre tenía una seria obsesión con las apuestas, todas las noches llegando tarde y ebrio, enojado más que nada por haber perdido en casi todos los juegos.

Y su ira era liberada sobre Tsutako, golpeandola todas las noches.
Tomioka solamente podía escuchar las súplicas de su hermana, tanto él como ella quería que el hombre parara.

Tomioka pensó en escapar muchas veces, tomar todo lo que pudiesen e irse, él trabajaría, él se esforzaría, pero ella no debía sufrir bajo ninguna circunstancia.

Pero sus planes fueron detenidos por la noticia de Tsutako.
La chica tomó su mano y la acercó a su vientre, él podía sentir... Cálidez.

Tsutako: ¿lo sientes, Giyu?
Tomioka: si... ¿Qué comiste?
Tsutako: no comí, lo que sientes es tu futuro sobrino, un bebé crece en mi vientre.
Tomioka: ¿un bebé? ¿Él lo puso ahí?
Tsutako: asi es.
Tomioka: ¿cómo?
Tsutako: eso lo sabrás cuando seas más grande.

Tomioka no entendía, pero ese bebé le devolvió la sonrisa a su hermana, aquella que desapareció hace tiempo.
Y el hombre al enterarse de la noticia se abstuvo durante algún tiempo de apostar, ahora sería padre y debía tomar cartas en el asunto.

Tomioka vió el vientre de Tsutako crecer hasta los 3 meses, en los cuales se confirmó que sería una niña.
Tsutako no podía de alegria, y Tomioka ya no podía de curiosidad, ¿cómo sería la niña? ¿Él sería un buen tio? Si iba a ser como Tsutako, entonces la iba a criar como su hermana menor, y lo primero que iba a hacer sería prohibirle casarse con cualquier hombre.

Pero la respuesta jamás llegó, solo la desgracia.

El hombre entró esa noche a la casa, muy furioso y muy ebrio, había perdido 2.000 yenes en una apuesta y su mejor forma de desquitarse fue bebiendo, pero no le fue suficiente y fue por más.

DIAS DE MARIPOSAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora