Kotoha: cuando papi llegue, ve a tu cuarto y tapate los oidos muy fuerte.
Inosuke: pero mamá...
Kotoha: prometemelo.
Inosuke: si...
A pesar de que Inosuke era pequeño, no era tonto, no del todo.
Él sabía que cuando su padre llegaba su mamá sufría mucho, lloraba y fingía estar bien, aún si él lo volvía a hacer.Cuando Inosuke tenía 3 años se sentía débil, tonto, indefenso, por eso mismo se prometió a si mismo ser fuerte por su madre, por él, por todo aquel que lo necesitara.
La casa en la que en ese momento vivían era de él, el hombre que lo había creado con su madre.
Con ellos vivía su abuela, la cual era igual de mala con su madre y con él.Ella una noche lo tomó de la mano y corrieron lejos de aquella casa para jamás volver. Claro que volver a levantarse iba a ser todo un desafío después, él se quedaba la mayor parte del tiempo solo en su casa pequeña ya que Kotoha debía trabajar, al menos conseguir un buen trabajo, uno sano.
A él le tocaba la parte de estudiar y trabajar en la escuela, lo cual se le hacía difícil ya que no entendía mucho, nisiquiera aprendió a hablar bien de pequeño.
Por otro lado, Kotoha buscaba por todos los medios conseguir un buen trabajo, era demasiado distraida y torpe, sin mencionar que aún rondaba en la edad de 18 años, no tenía experiencia en ningún trabajo.
Fue rechazada muchas veces.Probó suerte tocando a la puerta de una casa que ella consideraba enorme y de buen porte, el hombre que le abrió la puerta la aterró un poco, un hombre de piel gris, cabello rubio y un divertido sombrero en la cabeza, un kimono completamente rojo y peculiares ojos de color amarillo, lo que la hizo tener confianza en él fue su sincera sonrisa y sus buenos modales.
Douma, aceptó contratarla y darle una buena paga a cambio de que ella limpie la casa, la cual resultaba ser un santuario para damas, corrían los rumores de que Douma podía conectarse con los demonios de la infertilidad de las mujeres y acabarlos con oraciones.
Todas esas eran puras mentiras de parte de él, solamente quería atención de alguna mujer, pero no del estilo sexual, asi murió su padre, deseando algo que no debería tener, su padre fue apuñalado por su propia madre, una traición, Douma odiaba la traición, y su madre murió poco después, envenenandose asi misma para acabar con su vida, sin importarle su hijo.Desde entonces Douma vive de sus mentiras y las ofrendas de las mujeres, tanto asi como de sus pagos para verlo. Nada era gratis en la vida y eso él lo sabía bien.
Pero esa mujer, Kotoha Hashibira, esa mujer vino a él por azares del destino divinos, en su delicado pero malgastado kimono verde, su cabello negro con puntas azuladas complementaban su belleza, púes caía como cascada sobre su espalda. Y esos ojos verdes como esmeraldas preciosas, en su bella cara.
Ella era un tesoro.Lo que no favorecía a su belleza era su torpeza, púes su trabajo requería tener que limpiar muchas cosas y objetos de valor que él utilizaba para sus "rituales" terminaban rotos por culpa de Kotoha.
Había mujeres que hablaban a sus espaldas, insultandola y quejandose de ella, muchas veces burlandose de ella por lo torpe que era y que Douma-sama la maldeciría con la infertilidad.
A ella eso no le interesaba, en su mente siempre estaba su hijo, debía llevar dinero a casa para hacerle de comer.
La mayor parte del tiempo lo ayudaba con la tarea de la escuela y la casa, púes iba a asegurarse de que su hijo tenga un buen futuro, sea un buen hombre y tenga una buena esposa.Hasta que lo inesperado sucedió.
Inosuke no cabía en porque su madre estaba empacando todas sus cosas con tanto apuro.Kotoha: vamos cariño, toma tu mochila y tus cosas y vamos.
Inosuke: ¿qué pasa? Él volvió, ¡te protegeré!
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DIAS DE MARIPOSAS.
Fanfictionesta es una serie de 4 historias de mis personajes favoritos de kny. AVISO: contendrá lemon.