Capítulo Veinte

34 6 0
                                    

Evangeline se había llevado todo el dinero que tenía consigo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Evangeline se había llevado todo el dinero que tenía consigo. Una vez logró tranquilizarse y antes de que la pareja de gendarmes se la llevara a comisaría, se metió en su caravana y se guardó los ahorros del viaje a Estados Unidos en su bolso. Iba a ser muy difícil explicarle aquella situación a Solange, si es que podía volver a verla.

Los gendarmes la dejaron en una pequeña sala mal iluminada cuyo único mobiliario era una mesa y dos sillas. Le ordenaron que se sentara en una y ella obedeció sin rechistar, aterrorizada, mientras estrujaba el bolso con las manos. Un tercer gendarme, con una pluma y una carpeta con informes, entró por la puerta y se sentó en la silla restante frente a la tendera, que aguardó a que hablara. Se ajustó sus gafas de media luna y miró a la mujer frunciendo el ceño, inquisitivo.

-Dígame su nombre y sus dos apellidos, por favor.

Ella no contestó en el acto, sino que se quedó pensando si mentir en el interrogatorio y no revelar su identidad, pero, si se descubría que mentía, estaría en apuros y quizás fuera a la cárcel.

-¿Señora? -insistió el policía.

-Evangeline Sani. No tengo segundo apellido.

El policía levantó la ceja, contrariado, pero no dijo nada y se limitó a rellenar el informe.

-¿Procedencia?

-Níger.

-¿Dónde reside?

-En una caravana, al lado del Sena, en Bercy. No tengo otro sitio donde...

-No la hemos retenido aquí por eso -cortó el policía sin apartar la vista del folio-. Está aquí porque madeimoselle Edith Gassion ha pedido que contactemos con usted, que puede tener información sobre lo que ha pasado.

-Louis Leplée ha sido asesinado en su piso. ¿Lo conocía usted? ¿Sabe que pudo haber pasado? -dijo uno de los gendarmes que la había apresado frente a la caravana.

Evangeline, aterrada, era incapaz de pronunciar palabra. No sabía lo que la policía sabía, así que no debía decir nada si no quería poner en peligro a Renard o a Bran. Debía tantear el terreno y estaba demasiado asustada como para hacerlo, pero tenía que intentarlo.

-¿Qué ha pasado? -preguntó por fin.

-Aquí hacemos nosotros las preguntas, si no le importa. ¿De qué conoce a Edith Gassion?

-Somos amigas y Leplée era el agente de mi amiga, pero yo no tenía ninguna relación con él. Lo único que sé es lo que me contó ella: era muy malo con ella y el resto de sus protegidos.

-Entonces no tenía relación directa con él. ¿Sabe de alguien de su entorno que sí la tuviera? ¿Alguien que le guardara rencor por alguna razón?

-No, yo solo conozco a Edith de hace tiempo -contestó Evangeline sin mencionar la verdadera razón que la unía con Edith. Al parecer, no tenían conocimiento de Renard y quizás Edith no hubiera dicho nada. Aún había posibilidades de encubrirle-. Oigan, ¿podría verla? Estoy segura de que ella no tiene nada que ver.

La Romance de ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora