FIEBRE.

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Qué dolor tan cruel, se siente el haber amado,

Si lo hubiese sabido antes, de ti, jamás me fuera enamorado,

En vez de buscar complacerte, por tus brazos no fuera dejarme guiado,

Porque siempre tuve el presentimiento, de que iba a terminar lastimado.



Confié tanto en ti, y ahora me arrepiento,

No buscaba que me dieras una explicación, solo necesitaba un "lo siento",

No eras psicóloga para aprobar o desestimar mis sentimientos,

Pero yo te di la razón, para no perder más el tiempo.



Eres fuego en la tranquilidad de un bosque abandonado,

Una chispa de tu ser; bastaría para consumir y dejar todo a mi alrededor incendiado,

Ahogado buscando intentar ganar, cuando ya me has derrotado,

Quemado, suplicando y pidiendo piedad, al estar acorralado.



Mi tranquilidad te la robaste como pirata,

No tienes siete vidas, pero viviste siete vidas como las gatas,

En cada una de ellas me mentiste, en mi cara; acomodando mi corbata,

Y te despedías con un "te amo mi amor" qué hipócrita, ingrata.



Como tus baratas e inconclusas promesas,

Que se descuidaron y se marchitaron cómo las rosas, en aquella olvidada mesa,

Porque fuiste la cereza de un cruel acontecimiento,

Que aún no ha olvidado mi loca cabeza, porque no logro sacarte de mis pensamientos.

Mil Poemas Y Un Corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora