El lago

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Un cuerpo cayendo encima del mío me despertó de golpe.

- ¡Buenos días compañera de caravana! -gritó Eddie encima mía.

- ¿Siempre te levantas de buen humor, Munson? -le dije intentando rodar por la cama, pero su cuerpo no me dejaba moverme.

- Ahora que tengo a alguien que me haga compañía, sí. -dijo con una gran sonrisa.

- ¿Qué hora es? -pregunté.

- Las nueve y media, vamos a hacer algo, me aburro. -por fin se quitó de encima de mi, pero ocupó la mitad del pequeño colchón en el que dormía yo.

- ¿Steve y Robin que turnos tienen? -pregunté girándome hacia el para mirarle.

- ¿Te crees que me se todos los turnos de Steve? -preguntó él a la defensiva.

- Eddie, no finjas conmigo, sé que te sabes hasta a que hora caga Harrington, así que habla. -le dije y el soltó una carcajada.

- Prefiere cagar por las mañanas. -dijo orgulloso.

- ¡Los turnos! dios, que asco das. -le dije y el soltó una carcajada.

- Trabaja ahora, hoy termina a las doce del mediodia. -dijo él.

- ¿Por qué no preparamos algo de comer y les recogemos para ir a pasar el día en el lago? -pregunté.

Eddie se quedó unos segundos pensando.

- No tengo bañador. -dijo de repente.

- Pues vamos un poco antes al centro comercial y te compras uno. -le dije.

- Voy a llamar a Steve para que avise a Robin y los dos cojan bañador. -dijo Eddie levantándose y yendo casi corriendo al teléfono.

Yo solté una risita y me metí al baño a darme una ducha.

Unos minutos después, cuando yo estaba envuelta en una toalla, Eddie entró corriendo al baño.

- ¡Eddie Munson, sal de aquí! -le grité al verlo.

- Leah, no me jodas. -dijo él apoyado en el marco de la puerta riendo.

- Enserio, Eddie, voy a patearte el trasero. -dije con una risa.

- Sabes que te veo como a una hermana, ¡Steve y Robin se apuntan al plan, hay que preparar todo! -gritó y salió del baño.

Unos segundos después escuché como revolvía la cocina entera.

Yo me reí y me vestí para ir a ayudarle.

Eddie había encontrado algunas cosas para llevarnos al lago y como ya se habían hecho casi las once, decidimos ir hacia el centro comercial para terminar de comprar lo necesario y buscar un bañador para los dos, yo tampoco encontraba el mío.

Terminamos paseando por unas cuantas tiendas hasta que encontramos dos bañadores, los dos eran negros.

- ¿Por qué siempre terminamos comprando ropa negra? -preguntó Eddie entre risas.

- Fuiste tu quien me hizo vestir así cuando eramos más pequeños, la culpa es tuya. -le dije recordando como un mini Eddie y una mini Leah jugaban.

- Siempre fui tu favorito. -dijo orgulloso.

- Steve nunca me dejaba jugar con vosotros, decía que me haría daño, mientras que a ti te daba igual jugar conmigo y dejarte maquillar o vestir como yo quería. -recordé.

- Al final convencimos a Steve para que se vistiera de princesas con nosotros. -dijo Eddie y los dos soltamos una carcajada.

- Pagaría por ver eso ahora mismo. -dije casi sin aliento por reírnos tanto.

Llegamos a la heladería y ya nos estaban esperando.

- ¿Qué tramáis? -pregunto Steve cuando nos vio las caras y Eddie y yo no aguantamos más y estallamos de vuelta a reírnos.

- Seguro se estaban riendo de ti. -le dijo Robin y nos reímos aun más.

- Te queremos mucho Steve, ya lo sabes. -le dije yo llegando a su lado y besando su mejilla.

- Esto de que viváis juntos va a ser un peligro. -dijo él con una sonrisa.

Robin se acercó a mi y me besó la mejilla, yo le sonreí y empezamos a caminar hacia la camioneta de Eddie.

Un rato después estábamos en el lago, no había nadie, así que pudimos estar tranquilos y no fingir con Steve.

Eddie se lo llevó a rastras al agua entre gritos y risas.

Robin y yo nos quedamos en la orilla mirándolos.

- ¿Estás mejor? -preguntó ella.

- Estar con Eddie siempre me hace bien. -le aseguré.

- Se nota que te quieren mucho los dos. -dijo ella.

- Y yo a ellos. -aseguré de nuevo.

- Me alegro de haber empezado a trabajar con Harrington. -admitió.

- ¿Ya no le odías? -pregunté ilusionada.

- Nunca le he odiado, solo estaba celosa, de ti. -dijo mirándome.

- ¿Estabas celosa? ¿por qué? -pregunté sorprendida.

- Leah, llevo años viéndote por los pasillos, mirándote en los partidos, animando al equipo, y siendo la maldita reina de Hawkins junto a Steve y Eddie. -dijo ella.

- ¿Me mirabas? -pregunté.

- Siempre, nunca entendí como podías ser la mejor amiga del friki y del más popular y aun así conseguir que todos quisieran estar contigo. -siguió diciendo.

- La única persona que quería que estuviese conmigo, no me daba ni la hora. -admití y ella rio.

- Me daba vergüenza, ni siquiera sabía si tu eras como yo y me daba miedo, te veía tan feliz con Steve. -admitió y yo reí.

- Yo siempre estuve mirándote Robin, siempre, en las clases te veía dibujar en tu cuaderno y deseaba que me estuvieses dibujando a mi. -admití yo.

- Lo hacía. -aseguró ella y yo abrí mucho los ojos.

- ¿Qué? -pregunté sin creermelo.

- Te lo enseñaré el próximo día, te dibujaba a ti. -dijo ella.

Yo no aguanté más y me tiré encima de ella, abrazándola con fuerza.

Robin no tardó en juntar nuestros labios en un suave beso, ella siempre era suave y cálida y me hacia sentir segura.

Nos besamos durante un rato hasta que los chicos nos llamaron para ir con ellos y corrimos al agua.

Nos pasamos el día en el agua y comiendo en la orilla, entre risas y juegos.

Lo que no sabíamos era que no habíamos estado solos en el lago.

Y que algo muy malo iba a desatarse.

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OS HE SUBIDO UN TIKTOK DE STEVE MUUYY +18 Q SI LLEGA A LOS 300 LIKES Y 50 COMENTARIOS TENDRÉIS MAÑANA MARATÓN🥺

ahora si, los problemas estan awuiiiiii

Whisky on ice - Robin Buckley +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora