Whisky on ice - Robin Buckley +18

¿Mudanza?

You need to calm down - Taylor Swift

Al abrir los ojos, ni siquiera sabía muy bien donde estaba, Robin dormía plácidamente a mi lado, la puerta de la habitación estaba abierta.

Me levanté intentando no hacer ruido, llevaba una bufanda de plumas alrededor del cuello y ni siquiera sabía de donde había salido.

Robin tenía la cara pintada.

Ayer por la noche, después del encontronazo con Robin, volvimos abajo los cuatro y seguimos con la fiesta.

Al bajar a la cocina me di cuenta de que eran solo las siete de la mañana.

No quedaba nadie en la casa.

Pero estaba todo hecho un desastre.

Encontré a Steve durmiendo en la mesa del salón, rodeado de vasos que formaban su silueta.

- Steve, vamos colega, arriba. -le dije moviéndole el hombro.

Él abrió los ojos y al ver como estaba la casa los abrió de golpe y se levantó.

- Ostia puta. -se quejó con una mano en la cabeza.

- ¿Dónde está Eddie? -pregunté al no verlo con él.

- Lo último que recuerdo es que bebió chupitos de encima de mi estómago, después no me acuerdo de nada. -dijo y me fijé en que no llevaba camiseta.

- Si en algún momento Eddie y tu dejaseis de coquetear.. -dije con una risita.

- No coqueteamos, Leah. -dijo serio y yo solté una carcajada.

Seguí caminando, dejándolo ahí.

Salí al patio y Eddie estaba en el borde de la piscina, con un brazo colgando en el agua y en solo calzoncillos.

- Oh santo cielo. -susurré para mi misma mientras me acercaba.

Me agaché a su lado y lo arrastré un poco fuera del agua, para que no se cayese.

- ¿Eddie? gruñe si estás vivo. -dije sabiendo que no iba a despertarse.

Soltó un gruñido y sus manos me cogieron del cuello, haciendo que cayese encima de él.

- Hueles mal. -dijo con la voz ronca.

- Tu tampoco hueles muy bien, Munson. -le dije riendo contra su pecho.

- ¿Has conseguido despertarlo? -preguntó Steve llegando con nosotros.

- Ayúdame, anda. -le pedí.

Steve llegó a mi lado y levantó a Eddie, sentándolo en una de las tumbonas, apenas había sol y se estaba bien ahí.

Me senté en la tumbona de enfrente y Steve se sentó conmigo.

- ¿Y Robin? -preguntó Eddie al no verla.

- Sigue durmiendo. -contesté.

- ¿Alguien puede decirme en que momento perdí la cabeza y no me acuerdo de nada después de encontrarme a Leah follando con Robin? -preguntó Steve.

- ¡No follamos! -le grité saturada y él rio.

- Me acuerdo de que me servías de vaso para mis chupitos, Harrington. -le dijo Eddie y Steve se tapó la cara con las manos.

Los tres empezamos a reírnos, pero no nos duró mucho la felicidad.

- ¡Leah! -una voz grave y dura gritó mi nombre, seguida de pasos rápidos y furiosos.

Yo me quedé congelada en la tumbona.

Steve y Eddie se levantaron de golpe, poniéndose delante de mi.