Whisky on ice - Robin Buckley +18

Desayuno +18

Me levanté sin ni siquiera saber que hora era.

Estaba sola en la cama.

Me levanté y bajé las escaleras.

Steve y Eddie estaban en el sofá, acurrucados el uno con el otro, durmiendo con la boca abierta.

Y un olor demasiado delicioso salía de la cocina.

Mis pies se movieron solos hacia ahí.

Cerré la puerta de la cocina detrás de mi para no despertar a los chicos.

Robin estaba de espaldas a mi, haciendo el desayuno.

- Buenos días. -susurré llegando a su lado y abrazándola por la cintura.

Robin dio un saltito.

- Me has asustado. -dijo con una risa.

- Lo siento, ¿me has hecho el desayuno? -pregunté besando su cuello.

- Leah, no hagas eso. -gruñó con una risita.

- ¿No puedo besar a mi novia? -pregunté sin dejar de hacerlo.

- Eddie y Steve.. -empezó a decir.

- Están durmiendo, no se van a enterar. -susurré.

Robin quitó las cosas que tenía al fuego y se giró hacia mi con una sonrisita.

Que guapa estaba recién levantada.

Sus manos se enroscaron en mi pelo.

Y sus labios chocaron contra los míos en un rápido beso.

Me fundí con ella.

Nuestros pies se movieron sin mucho pensar y terminé apoyada contra la mesa.

Robin coló una mano en mis pantalones, acariciando mi zona más sensible con cuidado.

No tardó en meter uno de sus dedos en mi.

Yo gemí contra sus labios.

Mi mano se movió por su cuerpo, metiéndose en sus pantalones como había hecho ella también.

Y colé uno de mis dedos en su interior, fue su turno de gemir.

Nuestros dedos se movían al mismo ritmo, añadimos otro dedo las dos.

Yo estaba perdiendo el control.

Escuchamos un ruido.

Los chicos se habían despertado.

- Córrete, Leah, rápido. -susurró Robin acelerando el ritmo.

Yo hice lo mismo y sentí como ella se dejaba llevar sobre mis dedos.

Me apreté contra ella y mi humedad aumentó, dejándome llevar por completo con ella.

Los pasos se acercaron.

Nos separamos y Robin volvió con el desayuno mientras yo me ponia a poner la mesa.

- ¡Esto huele genial! -gritó Steve entrando seguido de Eddie.

Eddie se acercó a Robin y le robó un trozo de lo que estaba haciendo.

Robin le dio una colleja.

Yo no podía parar de reír.

Mi cuerpo aún temblaba y esos dos ya la estaban liando por ahí enmedio.

Nos sentamos todos a comer cuando Robin lo puso en la mesa.

No habíamos dado dos bocados cuando el teléfono sonó.

- Yo lo cojo. -dije para que Robin pudiese comer tranquila.

Me acerqué al teléfono que había al lado de la mesa y descolgué.

- ¿Si? -pregunté.

- Me alegro de que lo cojas tu, Leah. -dijo una voz grave.

- Papá.. -susurré casi sin aliento de repente.

- Tienes que volver a casa, Leah, si no lo haces tendré que venir a buscarte, ¿o prefieres que vaya en busca de tu noviecita? -dijo con una risa grave.

Yo colgué el teléfono.

Eddie se levantó corriendo.

- ¿Leah? -preguntó cogiéndome del hombro.

- Era mi padre. -susurré.

- No puede encontrarte aquí. -dijo Eddie.

- Sabe el teléfono, no tardará en llegar aquí. -dije yo.

- Se acabó, nos vamos de aquí. -dijo Steve dando un golpe a la mesa.

- ¿Dónde vamos a ir? -preguntó Robin mirándolo.

- Lejos de Hawkins, donde nadie pueda encontrarnos. -dijo él.

Los tres lo miramos.

Nos íbamos a ir de Hawkins.

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