Capítulo 2 - Jeonghan

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Había creado el rancho Valle para la recuperación como centro de terapia con animales cuando cumplí los dieciocho. Llevaba abierto casi veinte años y había pasado por momentos muy difíciles. Al principio nadie quería tomarme en serio, pero poco a poco fueron viendo que era un lugar seguro para las personas del colectivo LGBTI+ y cada año venían más personas. Se había convertido en un centro de ayuda que abarcaba desde veteranos de guerra a niños con problemas en el instituto, personas que no habían sido bien atendidos en otros lugares. Era un lugar dónde encontrar la paz, volver a recuperar el propósito en la vida. Nos habíamos convertido en una organización y, aunque muchos casos eran pagados, otros eran subvencionados a través de numerosas donaciones y galas benéficas.

Había comenzado solo, siendo un sistema de apoyo o un centro de relajación para desconectar de vidas ajetreadas, pero poco a poco había ido consiguiendo contratar personar y graduarme en psicología para mejorar el servicio. Muchos de los trabajados se iban, dejando atrás el rancho para ir a lugares más prestigiosos. Me había costado trabajo, pero ahora tenía una plantilla fija que se había convertido en mis compañeros de piso y mi familia. Muchos de ellos habían llegado allí buscando ayuda y habían acabado quedándose allí y otros habían ido expresamente por una oferta de trabajo, pero ninguno había vuelto a marcharse.

Sin embargo, en ninguno de esos veinte años me había sentido tan inestable con uno de nuestros inquilinos como preferíamos llamarlos en lugar de pacientes. Había llegado al cuarto preparado para acompañarlo a cenar, un rastro de mi instinto de cuidador que no era capaz de apagar con nadie, aunque trataba de disimularlo lo mejor posible ante los desconocidos. Aunque había estado toda la tarde reprimiendo la necesidad de ayudarle, de aliviar parte del peso que había sobre sus hombros, solo lo había hecho con la decisión de la comida y había sido sutil. Era un motivo de orgullo, una victoria, hasta que había soltado: "Buen chico". ¿En qué estaba pensado? Solo la gente que pertenecía a mi estilo de vida era capaz de comprenderlo y, aun así, me había salido por instinto, sin control alguno. Tenía que controlarme en su presencia si no quería que saliese corriendo antes de recuperarse.

— Jeonghan ¿Ocurre algo? —Preguntó Seungcheol sacándome de mis pensamientos.

— No, nada, perdona, me había quedado pensando —Le contesté un poco avergonzado al darme cuenta de que me había detenido en mitad del pasillo. Apoyé la mano en su hombro y le di un apretón cariñoso antes de animarle a seguir bajando—. Hora de conocer a la tropa. Son escandalosos, pero se desvivirán por ti. Debo advertirte que Seungkwan nos tiene a todos bajo una alimentación saludable, así que todo lo que encontrarás en la mesa preservará tu salud ¿El sabor? Bueno, a veces está bueno —Guiñé y conseguí sacar de él una risa tan bonita que quise preservarla para siempre.

Conforme nos acercábamos a la planta baja se podía escuchar más fuertes las risas y las conversaciones que se entremezclaban. Éramos pocos en la familia, pero nos queríamos con locura. Cuando llegaba septiembre, solíamos tener pocas visitas y el personal temporal regresaba a sus hogares para buscar otros trabajos. Lo mismo ocurría con los estudiantes que pedían el rancho para realizar sus prácticas de veterinaria y psicología.

En el momento que llegamos, se hizo el silencio y todo el mundo se quedó observando al recién llegado. Habían estado esperando la visita de Seungcheol desde que Joshua había llamado alarmado para pedirme ayuda. Todos sabían lo que había ocurrido, pero como hacíamos siempre que venía un nuevo inquilino, permanecimos en silencio sin mencionar las razones por las que había podido acabar allí. Este caso, además, era especial, era el hermano de uno de los miembros de nuestra familia, aunque hubiese sido breve su estancia aún manteníamos el contacto y tratábamos de ayudarnos como podíamos.

Los hombres de El valle 1 - El abogado y el ranchero (Jeongcheol) [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora