Décimo capítulo.

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Décimo capítulo.

Podía mentirse, podía negarlo mil veces, fingir que no le importaba, que era mejor que ya no apareciera en el estacionamiento por las noches a importunarlo con su presencia, a incomodarlo con sus roces, con los besos que le robaba, con los pequeños mordiscos en sus orejas o los lengüetazos en la piel del cuello. Era mejor así, la soledad de su alma y de su cuerpo, la abstinencia de caricias, la falta de palabras susurradas, de jadeos involuntarios, de gemidos arrancados de su garganta. Y casi podía creérselo.
Cada día comenzaba antes del amanecer y terminaba pasada la medianoche, en el estacionamiento ya nadie lo esperaba, no era interceptado cuando caminaba hacia su auto y se repetía cada noche que eso era lo mejor; luego de una semana sin ninguna aparición ordenó que se reforzara la seguridad, de ahora en más no habría forma de que alguien se colara, no es que le importara ni fuera a pasar de todos modos.

-Saint! -ante el llamado levantó la vista de los planos que estaba revisando para encontrarse con la mirada entre preocupada y furiosa de Plan- ¿no te parece que te faltó decirme algo?

Lo miró por unos largos segundos buscando información en su cerebro sobre que decir hasta que vio la carpeta que su amigo llevaba en las manos.

-Iba a llamar a una reunión de accionistas -se levantó del asiento y caminó hasta posicionarse frente al ventanal que daba a un muelle en desuso- disculpa, tendría que haberte hablado primero.
-Ni una mierda -masculló- me enteré por un correo que estás buscando compradores.
-No debería ser así -llevó las manos al pantalón casi negro con delicadas rayas grises- esa era información confidencial.
-Nada es confidencial entre tu y yo -suspiró- Prem tiene indicación de pasar copia de los correos a los dos.
-Error mío entonces... -se dio vuelta para hacerle frente- pero ya lo sabes, quiero resolver la venta de mis acciones, no serán vendidas todas juntas así no hay un socio mayoritario y destinaré un pequeño porcentaje a algunos empleados para que tengan participación en las ganancias del casino.
-Pero...
-Ya es tiempo Plan -suspiró- este lugar me ahoga, lo odio como a nada, tanto como a mi padre y creo que es momento de avanzar.
-Puedes tomarte un tiempo -intentó razonar- tus otros negocios recién están iniciando, tienes que ser sensato.
-La sensatez está sobreestimada.
-No me vengas con esas Saint, recién estás comenzando con el nuevo hotel, deberías asegurarte el funcionamiento, tal vez en tres o cuatro años podrías vender.
-Tres o cuatro años en este infierno me enviará a mi tumba -hizo una mueca- tengo la idea de deshacerse de esto hace tiempo, la construcción del hotel me da un nuevo objetivo.
-Podrías seguir siendo el accionista mayoritario y dejar alguien que maneje todo en tu lugar.
-No -negó enfáticamente- quiero olvidarme de este lugar, no volver a  escuchar hablar de él. 
-Las acciones pueden desplomarse ante un rumor.
-Me importa bien poco -chasqueó la lengua- pero no va a pasar, se hará en cuestión de días, por ahora solo estoy haciendo un sondeo de ofertas, una auditoría de todas las cuentas para que todo sea transparente.
-Está decidido entonces.
-Solo falta redactar los documentos, los abogados ya están en ello, lo mismo hacen los contadores, tu tendrás una parte de las acciones.
-No es necesario y lo sabes.
-Pero es lo que quiero, lo mismo para Prem, una pequeña porción irá a su nombre y algunas personas más de confianza, eso le dará seguridad económica si las cosas no van bien.
-Tienes todo pensado.
-Sabes como soy -le palmeó la espalda- en dos días se hará el anuncio de la venta, mi porcentaje de acciones menos las que pasaran a sus nombres.

Discutieron algunos detalles más, los empleados quedarían amparados por los acuerdos que los abogados estaban redactando, y aunque le apenaba dejar a varios de ellos, no había vuelta atrás.
Dos días después el anuncio tomó a todos por sorpresa, encontró a Prem llorando sentado en su escritorio.

-Lo siento -se limpió la cara con un pañuelo- estoy un poco sensible.
-Prem...
-Señor ¿Puedo obtener las referencias para otro trabajo?
-¿Vas a irte?
-No creo que me gustara trabajar aquí para otro jefe.
-Tendrás acciones, y aunque no es mucho, hará que tu vida sea más fácil.
-Pero no es lo que quiero -sacó los lentes de sobre su nariz y se secó los ojos enrojecidos- si me permite decirlo, trabajar a su lado fue lo mejor para mí.
-¿Lo dices en serio?
-Si!
-Y si tuviera que comenzar en otro lado, ¿irías conmigo?
-Sin dudarlo -sonrió- el señor Plan y usted han sido los mejores jefes.
-Entonces, en poco más vas a tener que presentar tu carta de renuncia al casino, las acciones seguirán siendo tuyas, pero me gustaría que nos acompañes.
-¿No es una broma?
-Para nada, tenemos un mes por delante para la reestructuración y el pase de mando, por ahora nos enfocaremos en eso, luego pasarás a llevar la organización de mis otros negocios.

Observó la sonrisa en el rostro pálido y supo que era lo correcto.

-Ahora quiero un lista de los oferentes para la compra de acciones, la información de sus patrimonios y movimientos de sus empresas.
-Si señor -sonrió mostrando sus hoyuelos- si Saint.
-Así me gusta -se alejó unos pasos del escritorio- ahora voy a salir, no quiero llamadas, Plan se ocupará de cualquier eventualidad.

Bajó en ascensor hasta el estacionamiento, caminó con rapidez para evitar los recuerdos de los momentos robados allí y subió a su auto. Avanzó por la ciudad y se sintió con el alma un poco más liviana, había decidido dejar parte de su dolor atrás y para eso debía deshacerse del lugar que detestaba. Bajó en la puerta del cementerio, parecía una eternidad desde que había estado allí aunque no había sido más de un mes. 
Caminó entre las tumbas y se sentó frente a la de su madre, no le importó la mancha de pasto que de seguro dejaría en su pantalón azul.

-Ya está hecho mamá -dijo frente a ella- y se siente tan bien, es tan liberador, se que tu también odiabas ese lugar, por ahora tengo un tiempo por delante todavía al frente, pero luego me dedicaré solo al hotel... se que va a gustarte, tiene todo lo que me enseñaste, ya lo verás, todo delicado y acogedor, como era tu estilo.

Siguió contándole sus planes, los pisos de madera pulida en las habitaciones, el jardín interno en el quinto piso, los balcones que daban al mar, un espacio infantil y otro solo para adultos, no era estrictamente de lujo, sino que tendría un ambiente más familiar acorde a la costa que había seleccionado. Le habló de todo y nada, por primera vez en mucho tiempo pudo despojarse del dolor que aún llevaba a cuesta. Dejó pasar el tiempo hasta que ya no tuvo nada más que contar y decidió que era momento de volver. Se levantó y sacudió el pantalón antes de colocarse el saco que había dejado a un costado. 

La presencia la sintió antes que nada, antes de verlo, de que su perfume lo envolviera, de que su voz llegara a sus oídos. Sabía que era él, supuso que lo había seguido hasta allí, y ahora se sentía lo suficientemente fuerte para echarlo para siempre de su vida, pero todo se derrumbó al ver el reconocimiento es sus ojos oscuros.

-Saint -lo escuchó pronunciar, su nombre en los labios que lo habían derretido y destruído por igual.

Por un segundo pensó en huir, correr lejos, pero no lo haría, este sería el último enfrentamiento antes de exorcizar la obsesión por Perth de su alma. 

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Hola!!! Como estan? Aquí nuevamente, ya la verdad casi sobre nosotros, necesito ese enfrentamiento de maner urgente.
Espero les guste y lo vayan disfrutando.
Sigo leyendo sus comentarios. Hasta pronto!







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