Capitulo 5

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Una varita sin igual, paso del tiempo y un hombre muy peculiar.

Vergil y Morrigan miraban con asombro la figura del inmenso Dragon que se alzaba en toda su gloria frente a ellos.

Vaya Draig, parece que tu renacimiento te fortaleció. - dijo Vergil divertido ganando una risa de Morrigan y un bufido de Draig se acomodó en el suelo.

Claro, el Sacred Geard me limitaba con el fin de ser más dócil con mis portadores pero ahora puedo demostrar el poder que represento. - dijo Draig antes de levantarse, las llamas envolvieron sus escamas mientras los vientos lloraban por el poder Divino que salía del Dragon.

Eso es bueno pero necesito una última cosa de ti amigo. - dijo Vergil con una sonrisa llamando la atención de Draig.

Necesito una gota de tu sangre, naturalmente un Dragon normal apenas se le tiene uso la sangre, pero con un Dragon como tu. - dijo Vergil para que Draig liberará una carcajada que sacudió la tierra.

Bien, hagamos esto. - dijo Draig antes de cortarse un dedo con una de sus garras donde una gota enorme de sangre cayó antes de ser rodeada por una aura azulada.

Gracias, ahora necesitamos una madera digna para este núcleo. - dijo Vergil pero pronto un rayo de color arcoíris cayó a su lado llamando su atención.

Vergil sabía que era Bifröst y posiblemente Odín había estado observando sus aventuras desde hace mucho tiempo, tenía curiosidad por saber que enviaría como regalo en esta ocasión. Pero el nunca espero que saliera una rama de unos 2 m de largo, por un momento pensó que era broma del Padre de todo Nórdico hasta que escucho un jadeo de Morrigan.

Enfocándose en la rama abrió mucho los ojos cuando sintió un poder colosal en ese pequeño pedazo de madera, pero en lugar de ser un poder destructivo era amable y cálido, hecho para dar vida al mundo pero listo para destruir aquello que amenace el mundo, una pequeña rama de Yggdrasil.

Esto no me esperaba. - dijo Vergil con calma antes de tomar la rama sabiendo que hacer con ella, volviendo su mirada a su acompañante la vio con un semblante inexpresivo.

Oye no me veas así, no es mi culpa que me guste convivir con los Einherjar, aparte Thor es un buen guerrero con el que pelear varias horas. - dijo Vergil divertido por la mirada de su amiga antes que suspirará derrotada sin poder creer que el Padre de Todos los Aesir le hubiera entregado una rama del árbol de los nueve mundos.

Ven Vergil, debemos ir con un fabricante muy capaz para hacer tu varita. - dijo Morrigan extendiendo la mano a Vergil pero se detiene cuando percibe algo a su alrededor.

Maldita sea, cuando las cosas se volvían interesantes. - dijo Vergil con un tono frío a la vez que Draig se ponía de pie y extendía sus alas mientras gruñía con ira a la nada.

Vergil Sparda, eres un maldito afortunado en haber encontrado a una bestia como esta. - dijo una voz gruesa pero tonta en la nada antes que un grupo de criaturas aparecieran de la nada y Morrigan hizo una mueca de asco al verlos.

Demonios. - dijo Morrigan con desprecio en su tono mientras Vergil posiciono su pulgar debajo de la tsuba de Yamato que en envuelta en una leve aura azul sedienta de sangre.

Entre ellos había un hombre de baja estatura, ojos y cabellos castaños, vestido con una camiseta abotonable de color blanco y una chaleco de color café. Lleva puestos unos pantalones de color café y unas botas del mismo color.

Sid, ¿Qué quiere un demonio de tan bajo nivel aquí?. - pregunto Vergil con una mirada fría mirando con desprecio al débil demonio que ahora mismo se plantaba frente a él con una mirada burlona con otros demonios de un nivel mediano para pelear con un grupo de semidioses, claramente más fuertes que Sid.

Issei en Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora