mi vida era linda, tranquila, feliz y llena de paz.
Profundamente enamorada de un hombre mentiroso y codicioso.
Quien diría que mi don para curar enfermedades me llevaría a la lujosa vida que el difunto anterior rey dejó preparado especialmente para...
Me levanto de la cama y me sostengo con mis codos.
Estoy sola en la habitación, con solo una sábana cubriéndome.
Me levanté con cuidado de la cama y me fuí hacia la ventana.
Era un día nublado y estaba lloviendo.
Poco después tocaron la puerta.
-Adelante.
Las puertas se abrieron y por ella entró la señora Rosa junto con las muchachas.
-Buenos días majestad.
Dijeron las tres al mismo tiempo.
-Buenos días.
Me bañaron, después me pusieron un vestido una corona muy hermosa y diferente a la que me usé ayer.
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-Tengo una duda.
-Diga su majestad.
-Por que siempre me ponen ropa blanca??, No puedo usar otros colores?? No sé....un rosa pastel o algún color diferente al blanco??.
-Pronto quedarán listos esos vestidos su majestad, los que se terminaron rápido en hacer fueron los blancos así que....
-Está bien, espero poder usarlos pronto.
Cuando terminaron de maquillarme decidí hacer una pregunta.
-Donde está Sebastián??
-Su majestad el rey ya se encuentra en la reunión de la mañana.
-Olvidé que tenía que despertarme temprano.
-Si usted no quiere levantarse temprano no lo haga.
-No siempre se hará todo lo que yo quiera, también habrán momentos en los que Sebastián tendrá autoridad.
-Como usted diga majestad, dígame...dónde quiere desayunar?? Aquí o afuera?
-Puedo desayunar dónde quiera??
-Si así lo desea, por supuesto.
Me gustaría desayunar afuera, al aire libre.
-Muy bien majestad.
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-Ésta parte del jardín es muy bonita.
-Si quiere desayunar aquí así se hará majestad.
-Bueno, quiero desayunar aquí.
-Bien.
La señora Rosa llamó a algunos sirvientes y colocaron una mesa junto con una silla.
Después de hacerme sentar trajeron el desayuno.
Después de darle algunas probadas al desayuno el general Adam llegó.
-Majestad....
Hizo una reverencia, miré a la señora Rosa.
-Pueden dejarnos a solas un momento por favor??
-Si su majestad.
La señora Rosa y las muchachas se marcharon.
-Majestad, me informaron que quería verme, no fui antes a su habitación por qué me dijeron que aún estaba... dormida así que no quise molestarla.
-General Adam....por qué la gente del pueblo no puede pronunciar mi nombre??
-Aun no lo sabe?? Ahora forma parte de la familia real, cualquiera que diga su nombre está cometiendo una falta de respeto y debe ser castigado.
-Pues.... quiten esa ley absurda.
- Q-quiere...que quitemos esa ley??
-Si, no se puede?? Que no se supone que como la protegida puedo hacer lo que YO quiera??
-Majestad....
-Con que derecho les diré a la gente del pueblo que confíen en mí si las que me llegaron a conocer cuando aún no era nadie,no pueden llamarme por mi nombre como lo hacían antes??
El general Adam baja la cabeza y solo escucha.
-Pensarán que soy arrogante, no puedo dar esa imagen, quiero que les dé la orden a todos a quienes les prohibió decir mi nombre, de que ahora ya no está prohibido decir el nombre de la Reyna que todos pueden acudir a mí cuando lo necesiten, quedó claro?? General Adam??
-Usted es la Reyna, la Protegida, usted puede hacer y deshacer lo que quiera, cuando quiera.
-Muy bien, gracias.
-Con su permiso majestad, me retiro.
-Ya desayunó??
-Ya majestad, todos los criados desayunamos a la misma hora en las mañanas.
-Bien.
El general Adam se retiró y seguí desayunando.
●●●●●●
-El jardín aquí es muy bello señora Rosa.
-Si majestad, aunque...si gusta puede plantar alguna de sus plantas.
-Tienes razón, eso voy a hacer, me gustaría ir por ellas a mi casa.
-Podemos ir cuando guste majestad.
-Entonces....vayamos ahora, primero quiero avisarle al Sebastián, dónde está??
-Debe de seguir en la reunión de la mañana.
-Tanto tardan??
-Si soy muchos asuntos si.
-Entonces....primero lo ayudaré y después iremos a mi casa por mis plantas.
-Como usted diga majestad.
Nos apresuramos y nos dirigimos a la sala de reuniones en el palacio.
Hasta que llegamos, unos guardias abrieron las grandes puertas y después anunciaron mi llegada.
Sebastián me miró y con una sonrisa se acercó a mi.
-Buen día....Mi reyna
Sebastián deposita un beso sobre el dorso de mi mano mientras me mira coquetamente a los ojos.
Dios que nervios.
-Ya estoy aquí para hacer mi primer labor como Reyna.
-Muy bien bienvenida.
Me toma de la mano y me guía hacia el trono en donde me senté ayer cuando recién dijimos nuestros votos.
No estoy segura de si lo haré bien, pero haré lo mejor que pueda.
