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David y Guillermo se encontraban frente Samuel.

Parecía un interrogatorio por completo y el azabache no se veía muy contento por aquello, a decir verdad.

—Ya di la verdad Samuel – comentó Guillermo

—Exacto, no nos vamos a burlar de ti, es más, solo queremos acompañarte en esto como buenos amigos que somos – respondió David al comentario.

Samuel se encontraba en un "interrogatorio" – en contra de su voluntad – ya que cada vez que iba a aquella cafetería, les inventaba una excusa nueva a sus amigos, lo cual les hizo llegar a este punto.

Hasta prepararon un PowerPoint con todas y cada una de las excusas que Samuel se había inventado para ir a aquel lugar y dejar de lado a los que se encontraban exponiendo aquella estupidez como si fuera un trabajo de fin de curso.

Entonces procedieron a enumerar todas y cada una de las razones que Samuel había dado para ir a aquella cafetería.

Excusa N°1 - "Es un buen lugar para poder concentrarme"

Samuel sabía que ese pretexto iría primero por el simple hecho de que esos dos tontitos lo conocían como la palma de su mano.

Sabían perfectamente que el azabache prefería mil veces más estudiar en sitios donde no existiera ningún tipo de interrupción, como en la biblioteca o en su casa, cuando en este lugar no se encontraba nadie.

Sabía de antemano que no se iban a creer aquella historia, pero Samuel se apegó a ella y no iba a admitir que había mentido.

Antes muerto que ese par de idiotas lo molestasen con cualquier cosa que pudiera decir.

Excusa N°2 - "El café es delicioso"

En ese caso si tenía un punto, puesto que tanto Guillermo como David habían comprobado que el café era bastante bueno en aquel lugar.

Pero siempre que Samuel decía aquella excusa o que necesitaba ir ahí porque era el mejor café que había probado lo hacía parecer sospechoso – palabras del dúo de idiotas –

—Tus ojos brillan cada vez que mencionas ese lugar Samuel, claramente es sospechoso –

¿Era cierto aquello?

¿Tan obvio era para sus amigos que tenía un interés oculto en aquel lugar?

Al parecer era tan así porque a ojos de David y Guillermo – los cuales habían llegado al extremo de hacer aquella presentación para que les dijera la verdad – era porque estaba siendo más que obvio por sus intereses.

De todas formas.

Samuel se encontraba lejos de decirle a esos dos sobre la existencia de aquel guapo cajero de la cafetería.

Ahora, por ejemplo, podía darse cuenta de que aquellas raíces castañas se asomaban mucho más que la vez anterior.

Quizás era solo una mala jugada de su cabeza, no podía darse cuenta de eso en tan poco tiempo.

Pero si se notaba mucho más enfocado en sus alrededores, y aquello involucraba cualquier concepto de su vida, el cual no tuviera que ver con el cajero que se encontraba limpiando el mesón de atención al cliente.

Ahí fue cuando recordó la "Excusa N.°3" que le apuntaron sus amigos – más que excusa, esta era una "Obviedad de que algo no estaba como siempre" – o al menos eso le habían dicho, puesto que ahora el PowerPoint cambió su rumbo de "Excusas que ha dado Sam" a "Cosas que Samuel hace que demuestran que algo no anda bien".

—Vives en las nubes Samuel, antes te enfocabas en cada clase, ahora pareciera que tus pensamientos ocupan la mayor parte de tu cerebro y atención –

Second Life // RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora