── the library !

¡ quince !

Las luces de colores, el olor de la comida, el sonido de la música alta y las personas sonrientes en todos lados, causaba que Jeongin se sintiera emocionado por estar ahí. Normalmente, la feria se ponía más alegre en vacaciones, así que era común ver mucho movimiento en esos días.

Jeongin no se apartó de Hyunjin en ningún momento, le enseñó los mejores puestos de comida y las mejores atracciones para subirse más tarde. Mientras tanto, los amigos del mayor se limitaban a ver su alrededor, a veces haciendo muecas de disgusto debido al montón de gente que había ahí, quejándose en voz baja; no se sentían a gusto en ese lugar.

— ¿De verdad se divierten estando aquí? —preguntó Hwibeom, viendo las altas atracciones.

— ¡Claro! —respondió Yang con una sonrisa— ¿No quieren intentar subirse en alguna?

— Buena idea —sonrió Yuwon—. Hyunjin, ve por los boletos, nosotros haremos fila mientras tanto —tomó a Jeongin de los hombros y empezó a empujarlo suavemente hacia la fila de personas que también subirían a esa atracción—. ¿Verdad, Jeongin?

El menor asintió, contento con la idea. Hyunjin frunció el ceño y, un poco confundido, asintió, alejándose hasta la cabina en donde compraría los boletos.

— ¿En la ciudad hay ferias así? —preguntó Jeongin luego de unos segundos al grupo de chicos con la intención de hacer plática, curioso.

— Más o menos, son mucho más grandes, modernas, y no hay tanto lodo ni mal olor como aquí... sin ofender —sonrió Yuwon, viendo a sus amigos que reían discretamente.

— Oh, sí, lamento eso, es obvio que no están acostumbrados, pero es que aquí hay varios corrales muy grandes con animales, a las personas les gusta alimentarlos o pasar un rato con ellos, son inofensivos.

— Ya veo —asintió Dongha—. En todo caso, no sé cómo es que Hyunjin aceptó venir.

— ¿Por qué lo dices? —ladeó un poco la cabeza, adelantándose un poco a medida que la fila avanzaba— Parece que le gusta.

— Entonces es un buen actor —siguió hablando—. Él siempre odió este ambiente con mucho ruido y lleno de gente... está acostumbrado a los lugares más tranquilos y con personas... diferentes —terminó, viéndolo de pies a cabeza.

— ¿A qué te refieres con eso? No veo mucho la diferencia, les prometo que somos muy amigables —intentó convencerlos, escondiendo sus manos en las mangas de su suéter, sintiéndose un poco mal y nervioso.

— No es eso, es sólo que Hyunjin no pertenece aquí, él siempre se quejaba y nos decía de lo horrible que sería mudarse a un lugar como este, incluso hace unos días nos dijo que quería regresar a casa, en la ciudad —dijo con seguridad Hwibeom—. Además, míranos y luego mírate a ti, ¿crees que Hyunjin es alguien como tú y tus amigos?

— No... yo no creo que... no creo que sea de esa forma —se sintió más tímido y un poco humillado por el tono tan despectivo—. Tal vez no esté acostumbrado, pero no es tan malo vivir en un pueblo.

— No te confundas, Hyunjin podrá vivir aquí ahora, pero jamás se convertirá en un sucio pueblerino —atacó Dongha con voz suave.

— ¿Sucio? —su voz tembló. ¿Realmente era así como lo miraban? ¿Incluso Hyunjin?

— Pero no te preocupes, Hyunjin seguirá siendo amable contigo, sólo que no te ilusiones, él jamás pondría sus ojos en alguien que está acostumbrado a jugar con tierra y gallinas —rió, siendo grosero y despectivo.

— Pero a él le gusta Seungmin —balbuceó—. Si es cierto lo que dicen, ¿por qué le gusta él?

— Tal vez porque no es un chico tonto ni molesto —respondió Hwibeom—. Nos ha dicho que estudia mucho en la biblioteca, así que supongo que es por eso —se encogió de hombros, indiferente.