Capitulo 11

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Ohm golpeó el volante con frustración. Era la vigésima vez que llamaba, y la única respuesta que obtenía era el buzón de voz.

Conduciendo a toda velocidad hacia la casa de Fluke, se pasó un par de semáforos en rojo, sin importarle las posibles multas. Su única preocupación era llegar a su destino y encontrar al castaño. Rogaba que Fluke estuviera en casa, que todo fuera una confusión y no hubiera visto nada. Tal vez Benz tenía razón y no fue él quien estuvo en su departamento.

Quizá fue Kao, pero si realmente fue Fluke, si vio todo, entonces tendría que hacer algo desesperado para arreglarlo. Haría lo que fuera necesario para que Fluke olvidara lo que vio, incluso si eso significaba acostarse con el para obtener su perdón y salvar los cuatro meses que había invertido en conseguir el contrato que ahora tenía.

Frank era un hombre poderoso, mucho más que Ohm. Su imperio no era nuevo como la empresa de Ohm; Frank había trabajado toda su vida para alcanzar el estatus y la riqueza que poseía. Ohm temía lo que podría suceder si Fluke lo dejaba y le contaba el porqué. En su reunión en Pattaya, Ohm notó que, a pesar de su imagen dura y autoritaria, Fluke era la adoración de su padre, junto con su hermana Samantha. Frank hablaba de Fluke con tanto orgullo y felicidad, que Ohm sabía que sería capaz de cualquier cosa si alguien lo lastimaba. Y temía que la cancelación del contrato fuera el menor de sus problemas.

Se sentía un imbécil. La calentura había jugado en su contra y ahora conducía hacia un destino incierto, repitiéndose una y otra vez que, si no hubiera llevado a Benz, si tan solo hubiera esperado hasta mañana, nada de esto habría pasado.

Tras 20 largos y tortuosos minutos, finalmente llegó a la residencia Siripongthon. El tráfico había sido terrible, y aunque había hecho lo posible por llegar antes, no lo logró. Pero ya estaba allí. Sin perder más tiempo, salió de su Lamborghini azul marino, se acercó a la puerta de entrada y tocó frenéticamente.

La puerta se abrió, revelando a la empleada detrás.

—¡Joven Thitiwat! Buenas tardes, pase, por favor. ¿Cómo le fue en su viaje? — saludó Jenny, invitándolo a entrar con un gesto amable.

Ohm entró, ignorando la pregunta, y fue directo al grano.

—¿Está Fluke en casa?— preguntó.
—Dígale que estoy aquí— insistió, aunque la expresión tranquila y la cortesía de Jenny le hicieron intuir que ella no sabía nada.

—Lo siento, joven Fluke no está en casa. Avisó que se quedaría estos días con su amigo Prem— explicó Jenny, con una mirada algo confundida.
—¿No sabía que usted llegaría hoy? ¿No le dijo nada o le ha intentado llamar?—

Ohm maldijo en su interior. Claro que le había llamado, pero no respondió ni una vez. Parecía que Fluke había apagado el celular.

Era obvio si estaba con Prem.

Prem siempre lo había detestado, y más de una vez había amenazado con hacerle daño si lastimaba a Fluke, siempre a escondidas de este último. Y ahora, Fluke estaba con él, y todo se complicaba. Ohm no le tenía miedo a un chico como Prem, pero sabía que sería casi imposible ver a Fluke si ya sabía lo que había pasado, algo que era casi seguro, dado lo cercanos que eran ambos.

—¿Se encuentra todo bien, joven Thitiwat? — preguntó Jenny nuevamente, con un toque de preocupación en su voz.

—Sí, todo está bien. La verdad es que quería darle una sorpresa, pero parece que tendré que ir a buscarlo a casa de su amigo— mintió Ohm, intentando mantener la calma.

Lo último que deseaba era que Jenny también sospechara algo. No tenía opción; iría a casa de Prem y, aunque le costara, vería a Fluke, sí o sí.

—Qué romántico, joven. Seguro que Fluke estará muy feliz— comentó Jenny con una sonrisa.

Unattractive❌ (Ohmfluke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora