Capitulo 3

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—¿Qué te parece este pantalón? —preguntó Prem, mostrándole unos jeans azul marino.

—Para ti están perfectos —respondió Fluke con una sonrisa algo forzada.

Había llegado a la casa de Prem alrededor de la una, y, como era de esperar, su amigo había cuestionado por qué se había desocupado tan pronto. Fluke no le reveló la verdad; en lugar de eso, dijo que Ohm estaba demasiado ocupado y que se verían en la noche. Prem probablemente no le creyó del todo, pero a Fluke ya no le importaba. Se sentía bastante abatido por lo sucedido como para también escuchar el sermón de Prem sobre cómo Ohm no era bueno para él, cómo debía abrir los ojos, y demás... blablablá.

Sabía que Prem lo decía por preocupación y afecto, pero no entendía cómo funcionaba la vida de Ohm. Era un hombre importante, con un trabajo demandante y siempre ocupado; era normal que a veces no tuviera tiempo o pasara por momentos difíciles. Fluke estaba convencido de que lo ocurrido hoy había sido un malentendido y confiaba en que Ohm se disculparía cuando se diera cuenta de lo mal que había actuado al echarlo de su oficina. Se amaban, y no iba a permitir que un simple malentendido arruinara su relación.

—Me refería a si te gustan para ti, Fluke —insistió Prem, con una mirada expectante.

—Ese no es mi estilo, jamás los usaría —respondió Fluke, sacudiendo la cabeza.

—¡Qué difícil eres, amigo! Estoy seguro de que si siguieras mis consejos de moda, te verías supersexy —bromeó Prem con entusiasmo.

—Más bien, me vería como un esqueleto —replicó Fluke con una leve sonrisa.

—Tienes una idea equivocada de tu cuerpo, no eres como tú te ves, te lo aseguro —afirmó Prem con convicción.

Fluke no respondió. Solo seguía a su amigo mientras recorría la tienda en busca de algo que le gustara. Prem era un adicto a las compras, siempre dispuesto a gastar mucho, pero afortunadamente tenía el dinero para permitírselo.

Su padre, un reconocido escritor de terror, había sido una gran influencia en su vida. Los libros de su padre eran muy elogiados por la crítica y se vendían como pan caliente

Sí, precisamente por eso Fluke había desarrollado un amor por la lectura. Él y Prem se conocían desde la infancia, ya que sus madres eran grandes amigas. Desde pequeño, Fluke había observado cómo este pasaba horas escribiendo. Cuando publicaba una nueva obra, le gustaba leerla en voz alta para él, para Prem, para la madre de Prem y para cualquiera que estuviera en la casa.

A pesar de la admiración general por el trabajo de su padre, Prem solía asustarse demasiado con las historias, prefiriendo jugar o ver dibujos animados. Fluke, en cambio, podía pasar horas escuchándolo sin problema. Con el tiempo, sus intereses de lectura se inclinaron hacia la ciencia ficción, pero siempre mantuvo su aprecio por los clásicos del terror.

Después de pagar por las prendas que habían elegido, salieron de la tienda. Fluke llevaba tantas bolsas que apenas podía cargarlas, así que Prem le había pasado algunas. Fluke también tenía un par de bolsas con camisas y otras cosas que jamás usaría, pero que Prem le había insistido en comprar para que no se sintiera solo.

Eran las cinco de la tarde y ambos estaban hambrientos. Afortunadamente, Prem sentía lo mismo, así que fueron a un local de hamburguesas dentro del centro comercial. Esta parte del día era su favorita: las hamburguesas de ese lugar eran, sin duda, las mejores que había probado.

Fluke pidió una hamburguesa doble con papas fritas, una Coca-Cola y, de postre, un pay de queso. Prem, en contraste, optó por una hamburguesa normal con papas fritas y una rebanada de pastel de chocolate. Fluke comía mucho, especialmente cuando estaba triste, y no comprendía cómo podía mantenerse tan delgado. Prem, a pesar de comer igual de bien, tenía un cuerpo envidiable, en parte gracias a su régimen de gimnasio. Fluke no podía evitar sentir una pizca de envidia por su excelente genética.

Unattractive❌ (Ohmfluke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora