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14 | Ken Ryuguji pt.1

Llegué al burdel a la edad de once años, después de la muerte de mi padre, mi mamá llegó a la conclusión que lo más rentable era venderme a un burdel y que ellos se hagan cargo de mi, afortunadamente fue este burdel y no cualquier otro.

Él tenía trece cuando llegué, las chicas me pusieron junto a él, los primeros años compartimos cuarto, cosa que no le gustó mucho, pero luego pudieron darme un espacio solamente para mí, el cual pude adornar a mi gusto. Fue el quien cumplió la figura de hermano mayor que tanto anhelaba, quien me cuidó por mucho tiempo, quien corrió a la farmacia por toallas cuando me llegó mi primer periodo, quien me enseñó a defenderme, quien golpeó al primer chico que me rompió el corazón y quien robó el amor que resguaba en él. Maldita sea, de quien me vine a enamorar, ¿no? Ahora, a mis 19 años, mi corazón aún latía por ese chico de cabello trenzado con un tatuaje en la sien, al fin y al cabo no había conocido muchos chicos que digamos, solo mis amigos de la secundaria y así, pero debido al lugar en el que vivíamos y a mis pocas ganas de querer conocer gente nueva, solo consideraba amigos a los de Draken y a las chicas del burdel, que venían por mi cuando necesitaba de una madre o simplemente para desfogarnos un poco, era divertido, podía hablar de todo con ellas, de la cera para depilación, de los hombres adinerados que vienen a verlas, del nuevo olor del lubricante... Pero no podía hablar de él con ellas, no sé porque no lo sentía correcto, sabía que me dirían algo como: Kenny también tiene sentimientos, la ama desde pequeño, tú llegaste después. Porque así son las cosas, amaba a Draken, pero él no me amaba a mí, al menos no de la manera en que quería que lo hiciera, porque sé que me quiere, lo demuestra, pero yo no quiero ser solo su hermanita, quiero ser más, quiero serlo todo. Pero también sé que nunca podré serlo, sé que sus ojos sólo ven a Emma Sano, la media hermana de su mejor amigo, Mikey, sé que solo la ama a ella, que vive solo por ella, sus ojos brillan cada que habla de su amada y tiene miles de fotos de su preciosa cara.

Emma era... Wow, ¿Cómo describir a Emma Sano? Todos decían que era maravillosa, la mejor persona que pudieron conocer, algunos decían que la más bella también, Emma es perfecta a los ojos de todo el mundo, es linda, rubia, flaca y al parecer hace todo bien. Cada persona que haya conocido a Emma Sano, dicen que fue un placer haberlo hecho, que era muy buena para ser real. Y Draken obviamente pensaba igual que el resto, vivía solamente para Emma, y ella solo vivía para él, era una historia de amor perfecta, de esas que solo se ven en películas o se leen en libros... La hermana del mejor amigo que se enamora de él en secreto pero lo que no sabe es que él también lo está de ella, y se casan y tienen una vida feliz y larga con muchos hijos y nietos; esa clase de historia.

Pero lamentablemente, como en toda historia, hay protagonistas, a quienes todo les sale convenientemente bien y el universo parece estar de su lado, a quienes siempre les toca ganar, a quienes les toca el mejor manojo de cartas, a quienes la vida les sonríe y la muerte repele. Hay villanos, quienes lo dan todo por separar a los protagonistas, a quienes le tocó vivir lo peor de lo peor, quienes siempre están tristes o enojados porque el destino les arrebató algo. Y luego están los extras, a quienes nadie mira, nadie les presta atención, son los promedio, quienes solo están ahí para llenar un vacío, para cumplir un rol familiar, a nadie le importa los problemas de los extras; por dios, son extras, deberían estar agradecidos de estar en la historia. A nadie le importa si se sienten tristes, alegres o cansados.

Yo me sentía una extra, una fulana más de la historia, quien solo sale para decir "soy su hermanita, para que veas que ya sabe cuidar de una mujer" y luego volver a mi camerino a retirar mi maquillaje y a casa de nuevo. A nadie le importan mis problemas, nadie quiere saber qué tan difícil fue mi vida, al menos mientras la tuve.

Yo conocí a Emma, claro, de hecho fuimos buenas amigas, no puedo mentir, lo que dicen todos sobre ella era verdad, era una chica muy dulce yo misma lo comprobé, estuvo para mi cuando la necesité, sentía que podía confiarle todo, pero bendito sea el día en el que decidí callar sobre mis sentimientos.