27 | Ran Haitani

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NOTITA: Las edades pueden no cuadrar con las de los personajes en el manga. Contiene algunos spoilers del manga.

Llegué a Tokio sin nada más que mis ahorros de seis meses, una maleta de mano y mis botas favoritas. Estaba harta de vivir una vida que no era mía, una vida que no quería y me negaba a aceptar. Luego de enterarme que mis padres me querían casar con alguien 30 años mayor que yo solo para mantener sus negocios en pie, tomé todo lo que pude, y tomé un total de seis buses para llegar a la casa de mi mejor amiga de la infancia, Emma Sano, quien siempre estuvo para mi antes de mudarse a Tokio para vivir con sus hermanos y abuelo.

Me ganaba la vida trabajando para el hermano mayor de Emma, Shinichiro, quien me enseñó a reparar motores y atender la caja registradora. Además de enseñarme a defenderme en caso llegara a pasar algo, admiraba a ese chico más que a nadie en el mundo y lo llegué a querer como un hermano. Claro que la pasé muy mal luego de su muerte, fue por eso que le rogué a su hermano menor, Mikey que me deje formar parte de su pandilla, para así de alguna forma estar cerca de Shinichiro. A pesar de ser mayor que el pequeño Mikey, siempre fue él quien me protegió, cuidó de mi y siempre estuvo para mí cuando lo necesitaba.

Estábamos reunidos en nuestro restaurante favorito, Mikey como siempre hacia berrinche porque su menú le vino con una bandera de Alemania que cuando el claramente había pedido la bandera de Colombia, mientras Draken buscaba entre las tantas banderita de repuesto que cargaba siempre con él, la puerta principal se abrió haciendo sonar la campana sobre ella, anunciando la llegada de un nuevo cliente, no le tomé mucha atención hasta que noté como mucha gente susurraba o se tensaban en su silla, como si él mismísimo lobo feroz hubiera entrado por esa puerta, levanté la mirada y me encontré con un par de chicos altos y delgados, llevaban un corte mullet y el tinte en su cabellos se complementaba con el otro. Ambos llevaban ropa oscura y tenían unos penetrantes ojos lilas, me llamó la atención el parecido entre ellos y a la vez más obvias diferencias en ellos; el más bajo traía unos lentes redondos y tenía el ceño fruncido, como si todo a su alrededor le molestara de alguna manera, mientras que el más alto, tenía una expresión relajada y una sonrisa en la cara. No sabía que me había quedado tanto tiempo mirándolos cuando Mitsuya comenzó a hablar.

"Los hermanos Haitani de Roppongi" dijo antes de beber de su coca cola "recién salidos del reformatorio" Mikey, Draken y Emma levantaron la mirada hacia ellos.

"Se ven muy interesantes" dijo la rubia para luego recibir una mirada confundida de Draken, "se nota que no conoces su reputación" agilmente cambio las banderita en el plato de Mikey para seguir hablando "se dice que entre ellos no sólo derrotaron, sino que mataron al líder de la pandilla de Roppongi", Mitsuya continuó el relato "el más bajo, Rindo, es conocido por su agilidad, es muy bueno controlando su cuerpo y haciendo llaves mortales. El mayor y más alto, Ran, es un despiadado para los golpes, dicen que dejó a su oponente con la cara hundida de tantos golpes que le dio" Emma dejó salir un grito ahogado y un suave "Dios mío". Me limité a verlos muy detenidamente mientras me preguntaba, ¿cuánto odio tendrán dentro para atacar asi a una persona solo para obtener poder? Uno de ellos, Ran, se dio cuenta que lo observaba, me miró de pies a cabeza y luego me guiñó el ojo para después hacer su pedido y no dirigirme la mirada el resto de su estadía en el restaurante.

Desde ese momento, no supe nada más de los famosos hermanos Haitani más que historias que contaban los chicos de la pandilla, que Rindo sabía hacer un split perfecto, que Ran ahora pelea con una batuta de metal y entre los dos son una auténtica máquina de matar. Esa noche, nos llamó Hakkai para decirnos que Mitsuya estaba en el hospital ya que lo habían golpeado muy fuerte en la cabeza.

"El desgraciado me golpeó con un puto ladrillo" Mitsuya nos contaba lo sucedido mientras que la enfermera volvía a tomarle los signos vitales, pobrecilla de sólo escuchar las palabras de Mitsuya se volvió pálida y las manos no dejaban de temblarle "¿No dijeron nada más? ¿Solo te golpeó y ya?" Mikey preguntaba "Dijeron que estaba listos para pelear con Toman y no están dispuestos a que unos niños los derroten" Hakkai continuó la historia y yo solo podía pensar en una cosa. Si este tal Ran necesitaba una batuta o un maldito ladrillo para pelear, entonces no es tan malo como parece, ni tan fuerte como dicen que es "pues que sepan que estamos listos, veamos que tan buenos son sin sus trucos sucios, que sea una pelea a mano limpia" apoyé mis codos en mis piernas luego de hablar "si una cosa no conocen los Haitani es la pelea limpia, no te puedes fiar de ellos, siempre tienen un az bajo la manga, su manera de hacer trampa es impecable" esta vez fue Baji quien habló, "pues peleemos igual, demostremos nuestra fuerza, no necesitamos ningún truco para ganar, solo un buen motivo, y por ahora, tenemos uno mejor que bueno" Mikey habló y todos salimos de esa sala de hospital con un propósito, pelear y ganar limpiamente.

Tokyo Revengers OneShots | Headcanons Donde viven las historias. Descúbrelo ahora