15 | Souta Kawata

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Lo que iba del día estaba bastante bien, a diferencia del resto de la semana, este turno iba muy tranquilo, de hecho demasiado para ser normal, me encontraba pasando por el primer año del residentado médico, rotando por el área de Emergencia y Traumatología, por lo que ningún día de estos meses han sido tranquilos, me la pasaba corriendo de un lado a otro atendiendo todo tipo de pacientes y emergencias. A solo una hora y media de mi salida, estaba sentada llenado evoluciones y formatos de los pacientes que habían sido ingresados, me encontraba fantaseando sobre mi llegando a casa, dándome una buena ducha y comiendo un rico ramen mientras veía una película; mi fantasía se vio interrumpida cuando entró un grupo de chicos con uniformes negros y letras amarillas bordadas en ellos, se veían muy mal golpeados y varios de ellos entraron gritando, haciendo un escándalo en el área de Emergencia.

-¡Necesitamos una camilla por aqui!-

-Alguien ayúdenos por favor-

-¡Llamen al departamento de Cardiología!-

De repente todo fue un caos, los enfermeros iban recibiendo a los chicos que estaban en peor estado mientras que algunos eran recostados en camillas para revisar sus signos y yo aun me encontraba terminando de procesarlo todo, ¡estaba tan cerca de salir a hora hoy!

-Oiga, ¿usted es doctora?- un chico de cabello naranja se plantó frente a mi y yo asentí a su pregunta -necesito ayuda con mi hermano, creo que lo apuñalaron o algo, pero sangra mucho- volví a asentir -¡Baji por aquí!-

Pude distinguir a un chico alto de cabello negro y largo que cargaba a un chico mal herido de cabello celeste, tenía sangre en la comisura de los labios y apenas podía sostenerse en pie, llamé a un grupo de enfermeras que me ayudaron a recostarlo en una camilla para poder examinarlo, efectivamente se trataba de una herida por apuñalación, el chico cada vez perdía más sangre y apenas se podía sentir el pulso.

-Doctora Saito, creo que aún tiene algo dentro de la herida- una de mis compañeras tanteaba la herida -hay que llevarlo a cirugía, llamen a un titular-

El chico fue llevado a cirugía, en la que nos dejaron participar a Shiori y a mi, si bien estaba muy feliz por entrar a quirófano y ejercer todo lo que había aprendido, no me hacía mucha gracia quedarme más tiempo en el hospital después de una guardia de doce horas. Después de la exitosa cirugía, me dejaron a cargo de él, al llevarlo a su cuarto, me encontré con su hermano gemelo, quien se veía extrañamente calmado con todo lo que estaba pasando, incluso lo veía sonriendo siempre, no le tomé mucha importancia ya que cada vez que hablaba podía identificar un tono de preocupación en su voz, le expliqué lo que se hizo en cirugía y que debía quedarse un tiempo en el hospital hasta que esté estable y pueda llevárselo a casa.

-Muchas gracias por cuidar de Souta, ¿podría pedirle un último favor, doctora Saito?- preguntó Nahoya, esa mañana luego de la cirugía, sus amigos ya no estaban con él.

-Sí, señor Kawata lo que se le ofrezca- de hecho no, necesito ir a casa y dormir.

-¿Podría acompañar a Souta solo una hora más? Es que necesito cambiarme de ropa y traerle algo de comer a mi hermano, ¿por favor?- giró un poco su cabeza dejándome ver su sonrisa por completo, ¿cómo podría decir que no a esa sonrisa?

-Eh, sí claro, igual debía llenar unos formularios- él hizo una reverencia hacia mi antes de dar las gracias e irse.

Entré en la habitación de Souta Kawata para tomar asiento al lado de su cama mientras llenaba sus papeles, al inclinarme para poder sentarme me fijé en él, de hecho se veía muy guapo, su piel era pálida y se veía muy suve, al igual que su cabello, no me percaté que había pasado buen tiempo admirándolo hasta que de repente abrió los ojos, adoptando una expresión algo molesta de inmediato, me alejé de él pues supuse que lo había incomodado con mi cercanía.

Tokyo Revengers OneShots | Headcanons Donde viven las historias. Descúbrelo ahora