TW: Temas sensibles (depresión, mención de suicidio) si eres sensible a estos temas, te recomiendo saltarte esta parte, gracias.
-¡Cállate ya no te soporto!- el plato pasó rozando mi rostro -no sé cómo pude tener una hija como tu, eres insoportable- mi madre tiro de su cabello en frustración -ojalá nunca te hubiera tenido, eres la razón de mi desgracia- secó las lágrimas de su cara y se sentó en el banco del piso.
A mis 17 años, mi madre, ahora soltera, ya me considera la razón de que le haya ido tan mal en la vida, y tiene razón. Nací cuando ella tenía tan solo 15 años de edad, luego de tener relaciones con mi ahora desaparecido padre. El desgraciado sólo nos dejó una nota y se fue muy feliz con su otra mujer. Yo sabía sobre los sentimientos de mi madre hacia mí, nunca se esmeró en ocultarlos, pero yo me desmoronaba cada vez más, sentía que una parte de mi esta muerta.
De repente un pensamiento sombrío atormentó mi mente; si muriera mañana, ¿alguien lloraría mi pérdida? Mientras abrazaba mis rodillas, sentada en el piso de mi habitación trataba de encontrar a aquellas personas que levantarían mi ataúd si algo me llegara a pasar, pero no logré encontrar a nadie, probablemente si moría mañana, nadie se molestaría en siquiera encontrar mi cuerpo. Pero, ¿por qué esperaría hasta mañana? Claramente mi vida era una mierda, ¿por qué sigo aquí? Levanté mi cuerpo del piso, me dirigí a mi armario y tomé mi vestido favorito, dirigí mis pasos a la puerta principal, mi madre estaba tirada en el suelo de la cocina, con la última botella de vodka en la mano, susurré un suave "adiós" y salí por la puerta.
Mis pies desclazos me llevaban con pereza por las calles desoladas de Tokyo, mis ojos se cerraban poco a poco, sin duda caería rendida en cualquier momento, escuché el ronquido de las motos a lo lejos, una cosa que me gustaba de Tokyo eran sus pandillas, un grupo de gente que se cuidan entre ellos sin recibir nada a cambio, me preguntaba por qué yo no podía gozar de ese tipo de amor. Parada al borde del puente, sonreí al saber que ese ronco sonido sería lo último que escucharía y podría soñar por siempre con ser parte de una gran familia, con gente que se preocupe por mi y tener un motivo por el que vivir. Cerré los ojos y respiré hondo, tratando en parte de reunir el coraje para atreverme a hacer lo que había venido a hacer, estiré mi pie derecho, dispuesta a dejarme ir de una vez por todas, cuando fui jalada del brazo, haciéndome caer del lado equivocado del puente, mi cuerpo chocó de seco con el frío concreto.
-¿Estás bien?- la voz de un chico hizo que finalmente abriera los ojos.
Era alto, bastante guapo y delgado, con profundos ojos negros, que me miraban con preocupación y se movían de un lado a otro buscando alguna herida en mi cuerpo. No podía articular una sola palabra, pues este chico que salió de la nada, me puso de pie y empezó a sacudir mi ropa.
-Es un vestido muy bonito, ojalá no se haya roto cuando te jalé- terminó de sacudir mis mangas y al terminar me dedicó una sonrisa -¿Quieres dar un paseo? El mar se muy bonito de noche, podemos ir en mi moto- señaló la moto tras él.
-Ni siquiera te conozco- no sabía cómo las palabras salían de mi boca.
-Soy Shinichiro Sano, ¿y tu?-
-T/N Saito- ni siquiera parpadeaba al hablar con él, estaba atónita con todo lo que estaba pasando.
Subí a la moto con su ayuda, ninguno de nosotros dijo una sola palabra en el camino, tenía la cabeza apoyada en su espalda y las manos sujetando el asiento de la moto. Sentía el aire madrugador en el rostro mientras disfrutaba del suave aroma de mi nuevo amigo, era un aroma suave, como una mezcla de naranja, menta y tabaco. Sabía que esto era peligroso, que no debía estar paseando en la motocicleta de un extraño, pero un extraño que me salvó del suicidio. Nunca me había sentido tan viva como con Shinichiro, él me salvó de muchos demonios sin siquiera saberlo.
Una vez en el muelle, aparcó la moto y se bajó de ella, se quitó el casco y se apoyó en la moto.-Espero te guste, es mi lugar favorito, sería mejor que no bajes, dañarías más tus pies que ya están sangrando.
Pasamos unas horas en la playa, esperando la salida del sol sobre nosotros, disfrutamos de la compañía del otro sin decir una palabra, nos fundimos en un silencio cómodo hasta que él se atrevió a hablar.
-¿Quieres ir a casa?- negué con la cabeza -podemos ir a la mía, allí viven mis hermanos y mi abuelo, no quisiera que tengas que estar en la calle y yo necesito regresar antes que despierte el abuelo- se rasco la nuca nervioso.
-Está bien, pero si veo algo sospechoso, me voy- me acomodé en la moto y él soltó una risa antes de subir y encender la moto.
Al llegar a su casa, entramos muy silenciosamente, ya que dijo que sus hermanos y abuelo estaban durmiendo y él se supone que llegaría cuatro horas antes. Arregló unas mantas en el piso y me dejó dormir en su cama, sonaba extraño, pero él me transmitía tanta paz que no dudé un solo segundo de su integridad. Una vez nos encontramos echados en nuestros respectivos lugares, reuní el coraje de preguntar.
-¿Por qué no dices nada? ¿No vas a preguntar los motivos?- giré mi cabeza hacia él aunque sabía que no podía verme.
-No quería entrometerme, sé que a veces la vida es dura y no quería hacerte sentir incómoda- dejó salir un suspiro -la verdad me llamaste bastante la atención, me pareciste una chica muy linda, me alegro de haberte bajado de ese puente, t/n- levanto un poco su cabeza para poder verme a los ojos.
-Gracias Shinichiro, supongo que eres algo como un ángel guardián o algo así- le dediqué una sonrisa y el volvió a tirar su cabeza sobre su almohada.
-Espero todo te vaya mejor luego de esto, podemos salir algún día-
-Me gusta la idea, pero ahora quisiera dormir un poco - mis ojos se cerraban.
-Buenas noches, t/n-
Desperté horas después con un par de curiosos ojos negros mirándome con el ceño fruncido. Un niño de unos 10 años estaba mirándome desde el costado de la cama, traía el cabello desordenado y una manta en su mano.
-¡Abuelo, hay una chica durmiendo en la cama de Shinichiro!- la voz chillona de aquel chiquito me hizo pegar un salto y salir de la cama a la par de Shinichiro.
-Mikey, sal de mi cuarto, muchacho del demonio, déjala tranquila- lo correteó con una sandalia en mano y el niño salió corriendo del cuarto, olvidando su manita en el suelo -ignora a mi hermano, es el rey del drama. Hay ropa en el armario, toma lo que necesites y hablaré con abuelo para que te guarde desayuno- salió del cuarto dejándome sola.
Esa mañana, fue el primer desayuno de miles que compartiría en la casa Sano, por fin encontré una familia y amigos que me amaban y compartían conmigo.
-¡Tres, dos, uno! Feliz Año Nuevo- todos gritaban en unidad al son del reloj, disfrutando de la fiesta y emocionados por el nuevo año.
Volteé para besar a mi ahora novio, Shinichiro pero no lo vi, hasta que sentí un toquecito en mi pierna haciendo que baje la mirada, para encontrarme con sus ojos.
-t/n, cásate conmigo.
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Hooli
Pues como ya saben, me desaparecí, pero ya volví, espero les haya gustado y no olviden dejar estrellita.Gracias por leer.
-Flav XOXO
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Tokyo Revengers OneShots | Headcanons
FanfictionHistorias y oneshots con los personajes de Tokyo Revengers. -La imagen de portada no me pertenece