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34 | Hakkai Shiba

Ni siquiera recuerdo cómo lo conocí, simplemente estaba ahí, en cada foto, en cada video y cada recuerdo, siempre estaba él iluminándolos con esos grandes ojos azules y esa sonrisa encantadora. Se convirtió en mi mejor amigo en poco tiempo, nos vimos crecer y madurar, nos vimos en nuestros mejores y peores momentos, sus problemas eran míos y los míos se volvieron suyos, de alguna manera nos volvimos uno al grado de conocer cada detalle y cada rincón del otro. Cada uno dejó su marca permanente en el otro y nunca nos molestó las consecuencias que esto nos podría traer.

-En conclusión, estoy jodida- tomé el vaso de shot frente a mí y me tomé todo el líquido en él, haciendo que mi garganta ardiera.

-Bueno... Veamos el lado bueno, Hakkai no lo sabe, ¿o si?- Hina dirigió sus grandes ojos al resto del grupo.

-No lo creo, es muy distraído, te lo digo como su hermana, por más de tener a mil chicas lamiendo el piso por el que camina, se queja que no le gusta a nadie- Yuzuha rodó los ojos y tomó otro shot de vodka.

-Tal vez solo está fingiendo- Senju recibió un codazo de Emma -auch- la rubia me señaló y le hizo una seña de "silencio".

Nunca pensé encontrarme en este momento, bebiendo alcohol hasta perder la conciencia, rodeada de mis amigas, dándome consejos porque rompí la primera regla de los mejores amigos: "no enamorarse"; no caí en cuenta hasta que fue demasiado tarde, de repente soñaba despierta, me imaginaba junto a él, acariciando su rostro y fácilmente me perdía en esos grandes ojos azules. 

-Creo que deberías ser paciente, t/n, tú y Hakkai siempre han sido muy unidos, pero últimamente han estado muy juntos, tal vez solo estás confundida- Emma cubrió mis manos con las suyas -tómate un poco de tiempo, es la única manera de descubrir si lo que sientes es amor-.

-Yo también creo que esa es tu mejor opción por ahora- Yuzuha poyó a Emma -él te quiere mucho, tal vez solo necesitan tiempo, no quisiera que se perdiera a una persona como tú, t/n-

-Supongo que tienen razón- esbocé una media sonrisa -gracias chicas-.

Los siguientes días, trataba de no coincidir mucho con Hakkai, le daba excusas baratas para no hacer lo que solíamos; "Mitsuya me llamó de imprevisto", "el gato de mi hermana se perdió", "toca día de limpieza", incluso cuando me subía a su moto con él, procuraba sujetarme de los costados de esta en lugar de aferrarme a su cintura como solía hacer, la espera me mataba y en lugar de apaciguar mis sentimientos revueltos, hacia que estos salieran cada vez más y cada día que pasaba los sentía más a flor de piel. Tal vez ya estaba perdida, ¿debería tal vez dejarme llevar por mis sentimientos y permitirme amar a Hakkai de una forma más íntima? ¿Qué tal si él no sentía lo mismo? ¿Y si arruino todo confesando mis sentimientos?

El timbre de mi casa me hizo dar un salto del susto y de paso sacarme de mi trance, al llegar al orificio de mi puerta, distinguí al culpable de mis últimas crisis existenciales.

-Ábreme t/n, sé que estás adentro- Hakkai suspiró -escucho a Taylor Swift desde el otro lado de la puerta- abrí la puerta y ahí estaba él, con su cabello medio recogido y su típica camisa blanca que se amoldaba perfectamente a su figura alta y esbelta.

-¿Qué haces aquí? Creí que tenías una pasarela hoy- entré a casa con Hakkai tras mi espalda.

-Sé canceló y pensé en visitarte, haz estado muy rara últimamente, así que creí que sería una buena idea salir de compras y comer algo después, ¿qué opinas? Como solíamos hacerlo en la universidad- se sonrió y simplemente no pude negarme.

Después de una ducha y alistada rápida, nos encontrabamos en mi puerta principal, acomodándonos en su moto.

-Espera, antes que subas- Hakkai me detuvo y tomó mis manos en las suyas -he notado que te haz estado sujetando a la moto- sacó unos guantes negros de su bolsillo y los puso en mis manos -así no te lastimarás, ahora estás lista y segura- me sonrió una vez más y acarició mi cabeza sobre el casco, agradecí al universo que no se diera cuenta de lo roja que estaba mi cara luego de ese momento.