Cuando Gun se aseguró de que Ohm llevara al amigo de Off hasta su casa y que Zee se fuera con Mew hacia el restaurante donde se suponía que estarían los hermanos de este, fue hasta el hospital, donde la madre de Off aguardaba por noticias de su hijo.
Apenas habían pasado un poco más de treinta y seis horas entre el sábado en la noche, cuando se suponía que Off había salido a buscar a Gun, pero nunca llegó hasta el casino. Esa mañana de lunes, Gun decidió que la seguridad de Off era lo primordial. Había sido descomunalmente tonto en no prestar más atención a su alrededor y no darse cuenta de que los observaban en las sombras y de que había sido demasiado obvio con su inclinación a mimar demás a Off en público. No es algo de lo que se arrepintiera, pero había convertido en un blanco exponencial al hombre que, sin darse cuenta, se había transformado en algo más que un negocio, un juguete. Había cometido un error al confiarse y no iba a cometerlo otra vez, no ahora y no después de que encontrara a Off.
Iba a asegurarse de que la señora Jumpol estuviera a salvo u Off no se lo perdonaría. Una vez que toda esa estúpida jugarreta de Jeff acabara, una vez que Gun le llenara la maldita boca de plomo y confiara en que no había peligro alguno, hablaría con Off. Gun no era de sentimentalismos, pero tampoco era un cobarde y si había desarrollado sentimientos por el hombre sumiso y dispuesto que conoció apenas un par de meses atrás, los reconocería para sí mismo y para él. Después de todo existía la posibilidad de que los sentimientos fueran correspondidos, si es que lo que el muchacho ese que no se le despegaba a Off había dicho, era cierto. Si Off había ido a buscarlo hace dos noches y las palabras de la señora Dararat eran honestas, entonces había una puerta a algo a lo que Gun no se negaría, como nunca se había negado a nada antes. A ir más allá cada vez, a enfrentarse a nuevos retos, a reducir a los potenciales enemigos, así como tampoco se negaría a la satisfacción de acabar con Jeff Satur y todo su jodido distrito, por el simple hecho de haber tocado lo que es suyo.
Gun entró al hospital y colocó a uno de sus hombres en la puerta de la habitación de la madre de Off, con órdenes de no despegarse de ahí en ningún momento, hasta que no llegara alguien a relevarlo y luego entró al cuarto donde la señora se encontraba siendo revisada por un médico al que Gun conocía, el mismo médico que lo atendía a él cuando era requerido.
—Señor Atthaphan. Que sorpresa verlo aquí. No sabía que conocía a esta paciente —saludó el médico.
Gun se inclinó levemente en saludo y se dirigió hasta la señora Jumpol, que lo veía esperanzada y con un brillo de preocupación en la mirada. Él tendría que ser honesto con ella y explicarle las cosas, aun si toda la amabilidad que había mostrado hacia él, la última vez, desaparecía de golpe.
—Buenos días, doctor. Eh, sí. La señora Dararat es la mamá de un buen amigo —respondió casual.
—Ya veo. —Dijo— Es bueno que esté aquí, de todos modos. Su cita para cambiar el implante era hace cinco semanas. Ya que está cerca, podría pasar a mi consultorio después de la visita y de una vez lo cambiamos por uno nuevo, si es que todavía desea-
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Intereses 🔥 (+18) - H.A #11
Fanfiction🔥 (+18) 🔥 Off está tan desesperado por las deudas y la necesidad de someter a su madre con cáncer a un tratamiento que erradique de una vez por todas la enfermedad, que se ve obligado a tomar su última opción y recurre a un mafioso para obtener u...