SeverusXSirius, SemiAU, Mpreg
-¿A quién se le ocurre?- Gruñó en respuesta. ¡Qué pesado! Y el otro volvió a mirarle.
-Cura y calla...
-Mimimimimimimimi...- Replicó el hombre echándole díctamo en la pierna- Si quieres curas sin conversación te vas con Poppy...- Le miró desde enfrente- Ah, no, que no puedes decir que estabas siguiendo al pelma de Quirrell y te atacó un perro de tres cabezas...- Siguió curándole.
-Me he mal acostumbrado a los chuchos de una sola cabeza...- Sirius se rió y él le echó media sonrisa.
Se puso en pie después de vendárselo- Ya está curado aunque cojearás un poco unos días- Puso sus brazos en jarra- Crees que va a por la piedra, entonces... ¿Sabes por qué?- Lo sabía, pero no sé lo dijo porque se preocuparía. Solo negó y especuló un par de ocurrencias que tuvo. Era eso o Sirius dando por saco.
Y era lo que le faltaba ya con el embarazo. El quinto hijo ya, que se dice pronto con treinta y un años.
Nunca le hubieran dicho que habría acabado casándose y teniendo hijos con su enemigo jurado de toda la vida. Pero él era espía y Sirius era su salvoconducto junto con Dumbledore y... Bueno, pasaron mucho tiempo juntos en una casa franca, una discusión por allí, una botella de vino por allá y... Así acabó su hijo Regulus Severus en el mundo nueve meses después.
Y después de la caída del Señor Tenebroso se quedaron con Harry. Lo que ya hacía dos hijos de un año de edad. Y se casaron pocas semanas después. Era imposible no pedírselo, Sirius era dos cosas: suyo y suyo.
Boda íntima pero nota de prensa en las primeras hojas de El Profeta: El príncipe de los Leones tenía dueño y era un Mortífago.
Y ese año él se hizo profesor de Hogwarts y claro, en su cumpleaños en Enero, Sirius vino con su uniforme de Gryffindor puesto. ¿Cómo podía contenerse? No, en serio, su esposo de veintidós años con un uniforme de colegial, con la misma cara que tenía cuando se graduó con dieciocho, diciendo que venía a su despacho a por su castigo... No pudo. Le quitó solo el pantalón. No necesitaba nada más. Esa corbata roja... Señor Merlín, esa corbata roja botando arriba y abajo por sus embestidas. Casi se muere.
Y... Ocho meses y medio después, nacieron los mellizos, Cepheus Alphard y Lycoris Eileen.
Ser padre es difícil, ser padre de cuatro era agotador. Como lo hacía Molly Weasley, es algo que no entendía, la verdad. Por eso habían puesto aún más remedio del que ya le ponían a sus relaciones: Es que todos, fueron sin querer, ni uno buscado.
Y este verano, antes de que sus dos hijos mayores entraran en Hogwarts, Sirius le salió con la noticia: Iban a ser padres otra vez.
Bueno, Reg y Harry iban a ir a Hogwarts, y Ceph y Lys estaban más "centrados" (si es que se puede llamar centrar a que en vez de destrozar, explotar o quemar cinco cosas a la semana, eran solo dos) así que al menos sería menos difícil de manejar. Aunque, como bien apuntilló su marido, él los aguantaba a todos por igual en el Colegio y encima más horas. Sin contar al desastre de Draco, su ahijado.
Sirius se metió en la cama a su lado, apoyó su cabeza en su hombro y se coló en sus brazos para poner la mano en su pecho- ¿Cómo están mi serpientilla y mi leoncillo?
Besó la cabeza de su esposo, tapando a ambos, con cuidado con la pierna- Bien... Regulus sigue absolutamente entusiasmado con que su hermano sea buscador de Gryffindor, pero también quiere que gane Slytherin. Así que en vista de que no le queda mucho al primer partido del año... - Dio media sonrisa- Tiene... Sentimientos encontrados.
-Es como si hubiéramos tenido dos parejas de mellizos en vez de uno- Se rieron- ¿Y papá? ¿Slytherin o Gryffindor? ¿Sentimientos encontrados?- Claro que los tenía pero no se lo diría, aunque Sirius lo sabía, le conocía a la perfección después de una década casados.

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Dos mitades
Короткий рассказPequeños momentos de Sirius y Severus. A veces dentro de la trama, otras no.