Protección

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FemaleSirius, PostGuerra

Duele.

Duele un montón.

-Shhhhh... Ya estás a salvo...- Esa que tenía sangre en la cara era ¿Sirius Black?

-Black...

-Shhhhh... Descansa... En seguida, nos vamos a casa.

-Potter...- Le dolía hablar.

-Está bien. Y Voldemort está muerto, muerto del todo, ahora descansa...- Se estaba muriendo, seguro que se estaba muriendo- No te preocupes por nada.

Se desmayó y soño con el Lago Negro. Él estaba dentro y estaba frío pero aún así, cuando buceaba, podía respirar y no tenía frío. No tenía fondo, pero él quería llegar al fondo.

Cuando abrió los ojos vio luz, una luz tenue. Y otra vez a Black, aunque sin sangre en la cara.

-Bienvenido... ¿Como estás? Si ves que no puedes hablar, mueve la cabeza, ¿vale?

Parpadeó, se encontraba bien, solo como con muchas agujetas- ¿Dónde estoy?

-En Grimmauld Place. ¿Recuerdas algo?- La vio sentarse cerca de él y le cogió la mano, quiso apartarla pero no tenía fuerzas. En vista de que no podía hacer mucho más, solo negó.

-Recuerdo... Verte... Recuerdo verte con sangre...

-100% acertado, tu sangre de hecho- Dijo ella con una pequeña sonrisa. Se dio cuenta de que iba en camisa blanca y con una coleta alta con mechones sueltos que la hacía parecer muy joven- Te encontré en la Casa de Los Gritos y digamos que... Puede que te echase una mano para evitar que te murieses... Ya sabes, te la debía después de lo del empujón para evitar que cayera en el velo.

Parpadeó. Es verdad, le atacó la serpiente- Potter... El Señor Tenebroso... Draco...

-Harry está bien, vivo y debe estar en La Madriguera disfrutando de una comida de domingo. Draco está allí, haciendo amigos nuevos- Sonrió y le acarició la mano- Voldemort está muerto, muy muerto...- Ella suspiró, él recordó que ella se lo dijo- Dumbledore y yo pensamos que era buena idea incinerarlo y desaparecer sus cenizas. Enterrarle a él o a sus cenizas sería solo una atracción para los cultos y su séquito que sigue vivo.

-¿Quedan vivos?

Ella le soltó y caminó a su alrededor, luego, volvió al sitio original y le tendió su varita- No deberías usar magia en un par de días, pero se que decirte las cosas es como pedirle a un tornado que no destroce. ¿Mortífagos? Si, quedan muchos vivos y quieren matarnos, a ti también... ¡Qué novedad! Todo el mundo quiere matarte siempre, aunque esta vez puede que yo un poco menos- Se rió.

Fue una experiencia... Interesante.

Ella era... Una mujer, bueno... Burda, gritona, mandona, excéntrica... Fuerte, guapa, fiera, valiente, sacrificada...

Y enamorada.

Pero no de él.

No hacía falta ser un genio. Maquillaje, ropa más arreglada, modales dulces, mayor cercanía con Lupin.

Él era viudo, tenía un niño pequeño y se conocían desde siempre.

-¿Te vas?- Le preguntó ella desde el umbral de la puerta. Iba con una camisa blanca de mangas cortas abullonadas con una falda gris oscura hasta el suelo con algo de vuelo. Maquillaje simple pero elegante, cabello suelto liso con las puntas onduladas y un ligero olor frutal.

Era una mujer muy bonita. Y como todas las mujeres bonitas, no se iba a fijar en él.

-Si. Ya estoy bien, y tú necesitarás la habitación- Cerró el arcón sin mirarla- Volveré a Hogwarts.

Dos mitadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora