-¿Cómo te gusta el té? ¿Sólo? ¿Con leche? ¿Azúcar?
-Un poco de leche.
Llevaba un par de horas allí. Los aurores patrullaban la zona.
Ella le sirvió- No tardarán mucho en venir aquí y entrar, deberíamos preparar todo.
-No se puede entrar en una vivienda sin una orden judicial.
-La gente de aquí no tiene identidad... O dignidad. Por lo tanto, no tienen derechos... Por mucho que diga la ley- Se sentó frente a él. Su té era con mucha leche y dos terrones de azúcar. Siempre le había gustado el dulce, lo recordaba.
-¿Por eso le mataste?
Cuando se acabó el té, ella se enderezó, dejó la taza en la palangana con agua y cogió su varita. Con ella levantó el suelo con mucha destreza hizo flotar y levitar los calderos, poco a poco y con cuidado, para guardarlos debajo. Eso también incluía ingredientes ilegales o peligrosos, y muchos libros. Luego, una alfombra apareció, una tosca, vieja y sucia- Si. Él es parte del problema- Se rió- Perdón... Era... Parte del problema. Qué memoria la mía...- Echó media sonrisa- ¿Y tú?
-Por el mismo motivo.
-Qué cosas...- Ella se acercó a él y le tendió un anillo de acero, viejo. Vio que ella llevaba otro en el dedo anular: iban a hacerse pasar por un matrimonio.
-No te pega... Esa mierda no te pega- Dijo poniéndoselo.
-A ti si, la verdad. Aunque no por ese motivo.
Ella comenzó a desabotonarle la camisa- ¿¡Qué haces!?
-¿Quieres salir de aquí por tu propio pie o detenido?- No dijo nada- Dame tu camisa.
Lo hizo y se quedó en camiseta de manga corta negra. Ella se puso su camisa aunque mal abotonada. A continuación, se quitó por debajo el vestido y los tacones y los lanzó al suelo.
Luego, le cogió de la mano y tiró de él hacía la cama- ¿Me estás vacilando?
Ella le miró como si fuera lo más normal del mundo- ¿Qué te crees que hacen los recién casados? ¿Crochet y ajedrez?- Rodó los ojos.
-¿Por qué todo lo que te implica en mi vida acaba en ganas de tirarte por una ventana?
-No lo sé... ¿Causalidad?- Ella deshizo la cama y le hizo sentarse- Los zapatos fuera y el cinturón desabrochado.
Cerró los ojos pero obedeció. Se tiró encima de la cama y cerró los ojos, deseando no haber salido ese día a cazar.
Tocaron la puerta con delicadeza poco después. La chica se revolvió el pelo antes de abrir ligeramente la puerta- ¡Oh! ¡Hola Jonny! ¡Hola Kyle! ¿Qué habéis roto por ahí, mis amores?- Dos voces masculinas se rieron en el pasillo.
Alguien se rió algo más fuerte detrás de la puerta- Hola corazón- Su voz era asquerosamente dulce- Esta vez nos trae un asunto serio, ¿podemos entrar?
Ella se llevó muy convenientemente la mano izquierda a la boca- Bueno, si... Aunque estoy acompañada...- Él se incorporó solo con los codos- Pero sabéis que esta es vuestra casa.
-Corazón, ¿te has casado?
Ella sonrió, sonrojándose. La verdad es que era buena actriz- ¡Si! Era amigo mío en las clases del profesor Stein. Vino esta semana para presentar respetos a su familia y me lo crucé. Me invitó a cenar, una cosa llevó a la otra... ¡Y cometimos una locura!- Ella abrió completamente la puerta- Amor, han venido los aurores...
Dos aurores uniformados de veinti y pocos años le miraron- Señor, disculpe la interrupción.
Él se acabó de levantar, quedándose sentado en el borde de la cama- Aurores. Adelante, pasen, ¿qué les trae por aquí?
-Ha ocurrido una pequeña tragedia calle abajo no hace mucho y estamos buscando algo sospechoso- Ambos entraron, pasaron sin mirar mucho la casa.
No necesitaban reconocerla, se notaba que habían estado allí antes. Uno de ellos caminó a la ventana, abrió la cortina y miró por ella.
-¿Habéis oído o visto algo fuera de lo habitual?
Ella negó- Algo de ruido en la calle, pero pensé que Forest estaba de nuevo haciendo explotar las farolas pensando que eso va a atraer a Merlín desde el más allá...- Ella puso cara de pena- ¿Qué ha pasado? Sabéis que a mí me lo podéis contar.
-Han dejado un cadáver masculino cerca del Pub de Lancaster. Apuñalado.
-¿¡Qué dices!? ¿Es alguien del barrio?
-No, creemos que solo lo han dejado por aquí- Mentira. Estaban mintiendo, como dijo Black- Un robo, le faltaba la cartera.
-Qué horror...- Ella se apoyó en la mesa y se llevó la mano al corazón- No me lo puedo creer...
-Cualquier cosa avísanos, ¿vale corazón?
-Claro. ¿Vendréis el sábado a verme bailar?- Ella se incorporó de golpe- Me he comprado un nuevo vestido color morado Auror- Guiñó un ojo.
Los otros dos se rieron- ¿Vas a seguir bailando en el club? ¿Está de acuerdo tu marido?
Le miraron. Él sonrió con suficiencia- Sería muy egoísta por mi parte no compartir una cosa tan bonita- Ella sonrió sonrojada con la mano delante de los labios.
Los otros dos se miraron y se rieron.
-Si, eso es verdad.
-Bueno, tortolitos, os dejamos solos. Disfrutad de la Luna de miel- El que la llamaba todo el rato "corazón" la acarició por el mentón. Ella sonrió.
-Gracias Aurores, vuelvan cuando quieran.
-Adiós chicos. Nos vemos el sábado...- Ella lanzó un beso al aire mientras cerraba la puerta.
Cuando cerró la puerta, ella se apoyó contra ella y puso cara de hastío. "Gilipollas" dijo sin voz. Luego, caminó hasta la cama y se lanzó encima de ella, haciendo rechinar el sommier a propósito- La habitación está insonorizada para voces, pero los golpes aún se pueden oír casi todos.
Ella se incorporó ligeramente para coger la la sábana y la colcha. Luego, le empujó para tumbarle y antes de quejarse, ya les había tapado.
-¿Por qué lo haces?
-¿Y tú?
-Estuve en Azkaban unos meses.
-Lo sé, lo leí en la prensa- La consideraban espía por ser una Black.
-Allí me enteré de muchas cosas. Cosas horribles que habían hecho gente que ya está libre y era culpable. Cosas que le hicieron a otras personas que ya estaban allí...- Suspiró y le miró- Cosas que me... Hicieron a mi...
Él se giró despacio- ¿Te hicieron daño en Azkaban?- Siendo "daño" un eufemismo para violación, tortura, palizas... Ella solo asintió- Yo le devuelvo al mundo, lo que el mundo me hizo a mi.
Ella solo le miró- ¿Te quedarás a dormir?
-Si...
Y cerró los ojos, arrullado por la respiración de la chica que en seguida cayó dormida. Pensando en todo y a la vez en nada.
Pensando en como había visto a Sirius Black matar a un hombre...
... Y estaba deseando ver cómo mataba a otro.
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Dos mitades
Historia CortaPequeños momentos de Sirius y Severus. A veces dentro de la trama, otras no.