FemaleSirius, +18, Violaciones, Tortura, Muerte
Odiaba a los hombres ricos y mimados de mierda. Privilegiados.
Representaban lo que odiaba y, a su vez, lo que ansiaba ser.
Lo que le decía su progenitor...
¡Cuántas palizas le dio su padre! ¡Cuántas! ¡Humillaciones! Él le enseñó el verdadero dolor. La pobreza. La incertidumbre. El hambre. La sed. El miedo. El frío.
Le gritaba. Le pegaba. Le destrozó el cuerpo y la mente... ¡La mente!
Por eso, un año después de la muerte de su madre. Él mató a su padre.
Y ahora hacía lo mismo con otros hombres. Hombres malvados que eran privilegiados, ricos y usaban su poder para amenazar, obtener lo que querían... Él tuvo que esforzarse, esforzarse mucho y aún así... La mayoría del tiempo estaba en la sombra.
A la sombra de Slughorn, Dumbledore o Voldemort. Menos mal que los dos últimos estaban muertos (se mataron mutuamente) y ahora McGonagall era directora. Él era pocionista, con una maestría, el más joven en el último siglo pero aún así... ¡Siempre estaba detrás de otro!
¡Porque el Señor Tenebroso le enseñó! ¡Porque Dumbledore fomentó su talento!
¡¡¡Nadie le veía por lo que era!!!
¡¡¡NADIE!!!
Pero estaba haciendo justicia.
¡¡¡JUSTICIAAAAAA!!!
Y no era el único...
No lo era.
Fue a un pub clandestino del Callejón Knockturn, vestido como siempre, de negro. En realidad, ser ligeramente "anónimo" ayudaba a... A matar gente básicamente.
Y ya tenía presa.
Llevaba unos días siguiéndole, con multijugos, con hechizo desilusionadores...
Jonah Max. Hombre, 43 años, sangrepura, casado, tres hijos (cuatro bastardos), inversionista, fan de las Avispas, le gusta el whisky de fuego con media rama de canela y las mujeres morenas y exuberantes.
De hecho, ya tenía cogida de la cintura a una que tenía pinta de ser menor de edad... Tenía un diminuto vestido negro sin mangas y tan corto que le veía el fin del culo a la chica, su cabello caía como una cascada castaña, tenía la piel blanca con tonos aceituna, unos tacones de pedrería altos y un bolso con pinta de caro hasta que se dio cuenta por las costuras que era una imitación.
Se fueron juntos. Probablemente a las habitaciones traseras que el dueño del pub rentaba a las prostitutas a cambio de un porcentaje de sus ingresos... Y a sus clientes, a cambio de no revelar quienes eran. Iban risueños, él muy bebido y ella muy coqueta.
Les vio subir y por el sonido de pasos y luces que es entreveían en las ventanas de los pasillos en seguida supo en que habitación estaban.
Nadie le veía, mezcla del hechizo, la noche, la poca luz, la ligera lluvia y nubes en el cielo y que la gente iban a sus asuntos: prostitución, drogas y trapicheos.
Se coló en el destartalado balcón del primer piso y comprobó con poco asombro que la habitación estaba abierta... Pero extrañamente en silencio.
Entreabrió las cortinas raídas, sucias y con marcas de haber tenido huevas de doxyes y vio... Vio algo raro, la verdad.
Lo primero, más que verlo lo oyó, o no lo oyó más bien. Mucho silencio. Y el polvo más raro del mundo.
Ella estaba encima de él. Pero en vez de hacer lo propio... Le estaba...
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Dos mitades
Short StoryPequeños momentos de Sirius y Severus. A veces dentro de la trama, otras no.