CAPÍTULO 5

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Tristán y Eleanor salieron de la tetería, estaban procesando el lema de la secta, un lema que prometía muerte. Prometía la muerte para todas las razas menos la Mortal y los Devakir. Sin duda se trataba de una secta rebelde. Se pusieron a andar sin ningún rumbo fijo. Tristán habló primero:

-Bueno...esto se torna peligroso por momentos.-Eleanor lo miró.-Primero buscábamos a un asesino, ahora buscamos una secta rebelde que comete actos terroristas. Sabes que estamos entrando en un tema muy chungo.-

-Sí, lo sé. Pero no me arrepiento, dije que iba a vengar a mi hermana y eso haré. Además, también tengo que vengar a todas las familias de los fallecidos.-Hizo un ademán a la tetería que dejaban atrás.-Mira esos vampiros, estaban consternados, no puedo dejar que sigan con esa tristeza, no lo puedo permitir.-Él la miró con respeto de nuevo, intensamente. Ella noto que enrojecía un poco.

-Eres increíble, Gatita.-Ella notó que su cara se ponía roja como un tomate.-Pero recalco que debemos ir con cuidado. El Mercado es peligroso, el Mercado Negro aún más. Y El Cuervo es muy peligroso.-Ella lo miró condescendiente.

-Me lo dices o me lo cuentas.-Él lo miró alarmado, entendiendo su insinuación.

-¿Has conocido a El Cuervo?-Su voz sonaba asustada.-¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?-Ella se rió.

-Sí. Tuve una reunión, con...bueno, con una entidad feérica importante. Hace 2 años. La reunión fue en la Sede Fae del Lord Hemalen.-

Él la miró impresionado. Ella volvió a sonrojarse, eso era lo que tanto le gustaba de Tristán, que jamás la juzgaba. Solo se impresionaba o se reía, aunque fuera imposible que hiciese gracia. Pero no se hacía ilusiones con él. Tristán estaba comprometido con la señora del mar Talamus. Y era conocida por su crueldad, los tritones que la traicionaban acababan atados al sol y se secaban hasta la muerte. Le entraron escalofríos. Él lo notó y le preguntó:

-¿Estás bien?-Parecía preocupado.

-Sí, sí. Solo pensaba.-

No podía decirle que le gustaba, que le quería. No pretendía ponerlo en peligro. No a él. Decidió cambiar de tema.

-Para reunirnos con El Cuervo hace falta una invitación. Si no, no puedes reunirte con él.-Él preguntó:

-¿No tendrás ninguna de aquella reunión?-Ella negó con la cabeza.

-No me dió ninguna invitación, ni siquiera sé cómo son. Solo averigüé con mis espías que las invitaciones se conseguían hablando con un tal Rathun en el Mercado Negro. Pero no tengo ni idea de que cómo entrar en el Mercado Negro.-Él asintió despacio.

-Osea que solo sabemos que necesitamos ver a una persona que no conocemos, para averiguar cosas sobre una secta que no sabemos ni siquiera su nombre, para a su vez, poder resolver un caso de peligro enorme.-Ella sonrió triste.

-Sí.-A él pareció ocurrírsele una cosa.

-Oye, podemos ir a ver a Lord Hemalen. Quizá él tenga alguna invitación o sepa algo.-Ella negó con la cabeza.

-La reunión fue en su residencia, pero él estaba de adorno.-Él la miró extrañadamente.

-¿Entonces con quién fue la reunión?-Ella lo miró asustada.-Gatita,¿con quién fue la reunión?-Ella titubeaba.

-Pues...fue con...el Príncipe de la Primavera.-Tristán se detuvo en seco.

-¿El...Príncipe...de la...Primavera? Pero,¿cómo?-Estaba gritando. Ella lo miró asustada, muerta de miedo.-Perdón.-Le cogió de las manos.-Lo siento muchísimo, no pretendía asustarte.-Ella negó con la cabeza.

RAZAS, LINAJES Y CASTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora