CAPÍTULO 23

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Sarah caminaba en un palacio de madera blanquísima. Hojas verdes iridiscentes por todos lados. A su lado, su madre. Sin embargo, todo parecía borroso. El rostro de ella estaba difuminado. Apenas podía discernir un cabello negro y una ropa sucia y muy sugerente. Miró al frente, un grandísimo trono de madera blanca la esperaba.

El respaldo del trono se elevaba hacia el techo, que se encontraba a más de veinte metros de altura, las ramas que salían de este, disponían de una variedad de flores de la estación en la que se encontraban. 

En el trono, un hombre se sentaba. Su rostro era dorado, como su piel; ninguna emoción lo surcaba. Sus ojos eran grises, carentes de emoción también. Su pelo era rizado y de color verde oscuro. Era fuerte, sus brazos musculosos lo demostraban. Llevaba puesto un atuendo lujoso, una serie de adornos en su túnica larga adornaban su postre. La corono era de madera pura, limpia e impoluta. Una esmeralda impresionante como joya principal. Aquella esmeralda era alucinante. Desprendía poder.

Sarah podía reconocer el rostro de aquel hombre a la perfección. El de la mujer que la arrastraba hacia él, sin embargo, era incapaz de descifrarlo.

El hombre en el trono se levantó y dos pares de alas verdes y brillantes se abrieron. Eran gigantes y eclipsaban todo el trono, que quedaba detrás de él. El hombre se acerco a ellas y todo se oscureció.

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Hetaro llegó a su casa. La reunión había ido algo peor de lo que esperaba. No podía culpar a nadie ya que el destino lo querría así. La guerra había sido predicha por Cressia y nunca fallaba. Lo único que podía hacer era intentar que hubiera la menor cantidad de bajas posibles.

Hyliana lo recibió, estaba cansada sin duda. El día había sido duro. Ella le preguntó:

-¿Cómo estás? ¿Y Sarah y Jason?-

Hetaro le hizo un gesto para que se calmara y le dio un abrazo.

-Todo bien, sí. Ya están curados, pronto o tarde despertarán.-Su hermana suspiró aliviada.-¿Y tú?¿Cómo estás?-

Hyliana bajó la mirada.

-Muy agotada, ha sido un día duro. Manteniendo la calma y poniendo sangre a disposición de los heridos. Nadie que estuviese en el DCPTR estaba vivo, sin embargo, escombros cayeron y dañaron a civiles.-

Hetaro se mordió un labio con furia.

-¿No ha habido más ataques, no?-

Su hermana negó con la cabeza.

-Eso está bien.-Dijo él.-Debería descansar, me parece que mañana va a ser un día duro también.-

Hyliana asintió.

-Yo me quedaré despierta por si ocurre una emergencia.-

Hetaro le puso una mano en su hombro.

-Sé que es mucha presión, ser la responsable de tu barrio. Con Eclipse metido en todo esto. Hoy no ha habido solo tres cadáveres, sino muchos más y un ataque directo.-

Hyliana asintió firme.

-Nuestra gente está preparada.-

Hetaro sonrió.


Wimmug entró en la sala médica. Eleanor dormía en el sofá. Sarah y Jason seguían igual. Al menos sus constantes seguían estables. La reunión había acabado con el aseguramiento de la guerra. Si era inevitable...Wimmug no sabía que pensar.

Hacía ya ciento cincuenta años, habría mantenido la esperanza de ganar la guerra. Pero tal y como estaban actualmente Al y Viktoria...lo veía muy muy difícil.

RAZAS, LINAJES Y CASTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora