CAPÍTULO 42

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Wimmug había esperado que en algún momento los Rinferis dejaran de salir del portal. Pero nada más lejos de la realidad, no paraban de surgir en manadas de cinco en cinco. Su rival, estaba frente a ellos confiado. No tenían ninguna oportunidad, además, Lord Hemalen estaba herido gravemente.

Uno de los Rinferis le había alcanzado con sus garras. Por suerte, el pueblo Feérico era inmune a la mayor parte de venenos y toxinas. Apenas les hacían efecto las de los Devakir, y eso que eran las más potentes.

Wimmug vio sus posibilidades.

La más sencilla era abandonar a Lord Hemalen y usarlo de cebo para que él pudiera ganar tiempo hasta que Al llegara. La otra era resistir, pese a que el lord hada era un lastre. Wimmug se sintió tentado de escoger la primera, pero la bondad le pudo y decidió aguantar a los tres gólems restantes allí.

Alahrun volaba muy deprisa. Eleanor estaba sujeta por los brazos del príncipe, que avanzaba sin detenerse. Ely había transformado su hocico completamente para oler el rastro del gnomo.

Lo había logrado. Al fin y al cabo, la magia no podía bloquear por completo los avanzados sentidos de los cambiapieles. Había indicado a Alahrun el camino que debía seguir y mantenía la forma parcial por si la sala volvía a cambiar de lugar y eran transportados a otro sitio distinto.

Además, había percibido a Lailah junto con Tristán, Merusia y Naryu. Los olores de Hetaro e Hyliana se alejaban de los de su hermana y compañía. Por suerte, el ritmo de los hermanos vampiro era muy lento. No percibía a Anya, cosa mala, se preocupó por el estado de la homologa de Tristán. Eleanor calculaba que en unos minutos se encontrarían.

Alahrun se había mostrado aliviado. Una vez derrotaran al último demonio, volarían impulsados también por Wimmug y volverían a reunirse todos juntos de nuevo. Eleanor lo veía. La esperanza de que podían salvarse y ganar aquella batalla.

Entonces percibió más claramente a Wimmug, se tensó. Alahrun lo noto.

<<¿Dónde?>>

<<Sigue recto, llegaremos a la posición de Lord Hemalen.>>

Eleanor entonces sintió el impulso de las alas de Alahrun, salieron disparados hacia delante.

Wimmug gruñó cuando el último gólem cayó al suelo destrozado. Miró el escenario. Debía haber unos sesenta Rinferis muertos. Su rival demonio seguía allí, sonríendo y saboreando su victoria a juzgar porque se relamió y dijo:

-Se te acabaron los trucos, gnomo. Ríndete a los Rinferis y tu muerte será rápida.-

Wimmug entonces sintió algo a su espalda y sonrió confiado.

Arzanyos frunció el ceño extrañado. Wimmug entonces vio como se impulsaba hacia atrás cuando vio a la Líder Belfour caer en picado destrozando el suelo con gran velocidad. Escombros salieron disparados por todas partes.

Los veinte Rinferis que había se dieron la vuelta, con las mandíbulas llenas de saliva y colmillos. El portal entonces se cerró. Wimmug miró hacia arriba y vio como Alahrun dirijía su magia al suelo. Las enredaderas brotaron y atravesaron a los Rinferis con rapidez y efectividad.

Lord Hemalen se dejó caer al suelo y Wimmug suspiró aliviado. Vio entonces descender a Alahrun que empezó a curar a Lord Hemalen, que no paraba de dar las gracias a los dioses.

-Gracias mi príncipe, es usted increíle. Nos ha encontrado en este laberinto.-

Alahrun sonrió.

-En realidad el mérito ha sido de Eleanor, ella os localizó por el olor. Sin duda una cambiapieles donde los haya.-

RAZAS, LINAJES Y CASTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora