CAPÍTULO 35

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Sarah se sobresaltó, el orbe se apagó y Viktoria abrió los ojos mucho. Rathun se levantó:

-¡Viktoria!¿Qué ha ocurrido?-

Sarah vio por primera vez como Viktoria decía:

-No lo sé. Simplemente ya no puedo percibir lo que me manda Al desde la cumbre. Hay algo que bloquea la señal.-

Rathun negó con la cabeza.

-Eso es imposible. Vuestros anillos están vinculados para poder atravesar barreras de nivel S.-

Sarah entonces murmuró en voz baja:

-Entonces alguien debe de haber creado una barrera vital.-

-¿Quien haría eso? Una barrera vital es demasiado peligrosa para el usuario. Si la barrera se deshace, el usuario muere y viceversa.-Precisó Viktoria.

-Quizá Solfael...-Caviló Rathun.

-No era magia Ascenvakir.-Negó Viktoria.-Era más oscura...-

A Sarah le temblaron los labios.

-No estarás diciendo...-

Viktoria asintió seria:

-Esa barrera vital la ha conjurado un demonio.-

Rathun se cogió la cabeza.

-No, no, no...-

Sarah se volvió hacia ellos.

-Debemos ir ya, si los demonios están atacando la cumbre, pueden estar en peligro.-

Viktoria asintió. Miró a Rathun:

-Rathun, debes ir...-

No pudo terminar la frase ya que el techo se agrietó y cayó sobre ellos. Sarah fue a preparar un escudo mágico cuando Viktoria la agarró del brazo junto a Rathun y sintió su magia.

Al instante siguiente estaban en las calles del Mercado, en la superficie. Sarah comprendió. Viktoria los había teletransportado. Rathun le dio las gracias a Viktoria, esta sin embargo, estaba muy seria y miraba las calles del Mercado.

Sarah entonces se dio cuenta.

Las calles del Mercado coincidían con varios túneles del Mercado Negro, todos se habían venido abajo. Se habían hundido, sepultando el Mercado Negro bajo la tierra. Los puestos de la superficie estaban dañados y los agentes enanos intentaban sacar a los civiles de los escombros. Rathun derramó una lágrima, Viktoria negó con la cabeza.

-Voy a hacer sufrir al hijo de puta que esté detrás de esto.-

Gritos empezaron a sonar por la entrada del Mercado. Los tres se volvieron y vieron a unas bestias espeluznantes y grimosas.

Era humanoides, del tamaño de adolescentes humanos. Pero su piel era grisacea y cubierta de pelo. Salvo por la espalda donde púas negras salían hacia fuera. Cuatro extremidades, apoyadas sobre el suelo con cuatro dedos cada una y largas garras del mismo tono que las púas de la espalda. Ojos blancos como la leche y una postura amenazante. Una mandíbula fuerte y unos colmillos que podían desgarrar piel y músculo.

Viktoria murmuró:

-Rineris.-

Sarah entonces se acordó del nombre de aquella especie de bestias que habitaban en los Montes Nerfius. Eran bestias menores que mataban por placer a los comerciantes que pasaban demasiado cerca de su territorio. Los Ascenvakir llevaban siglos queriendo exterminarlos, pero las escarpadas cumbres de los Montes Nerfius y la capacidad de estos seres de ser muy ágiles en cualquier terreno les había permitido resistir mucho tiempo a las legiones exterminadoras enviadas desde Celestia.

RAZAS, LINAJES Y CASTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora