Capítulo 58

16.6K 1K 340
                                    

Valentina.

Río nerviosamente ante la mirada penetrante de Xander en mí, sonrío con todos mis dientes en busca de apaciguar la situación del ruso quien a pesar de su mirada molesta, veo cierto brillo de diversión ante mi estado de ebriedad.

¿Me habrá oído cantar?

—Lo he hecho, nena— responde— créeme, desde que comenzó la maldita canción te he escuchado—

Sonrío aún más mientras pido otra cerveza, Tassia se ríe entre dientes antes de pasarme una botella nueva y le doy un trago pequeño ante su atenta mirada avellana, suspira con cierto dramatismo a lo que río.

—¿Verdad que canto bonito, cucciolo?—

—No, cantas horroroso, Valentina—

—Me da igual, si yo digo que canto bonito, es que canto bonito—

—En tus sueños, bruja—

Me encojo de hombros y suspira para llevarme la botella de cerveza a los labios, ni siquiera logro darle otro trago porque su mano es más rápida y me la quita, lo fulmino con la mirada mientras deja la botella encima de la barra.

—¡Oye!—

—No más alcohol para ti, estás ebria—

—¡Y quiero estar más ebria, idiota!—

—No te pongas a llorar, nena— refuta— nos vamos—

—¡No me quiero ir!— chillo como niña pequeña— ¡Me gusta el karaoke!—

—A mi no, ¿quieres te recuerde la apuesta que tenemos de por medio?— arquea una ceja, mi sonrisa muere y trago saliva con fuerza mientras que la suya, se ensancha con cierta maldad— exactamente, nena. Sigues haciendo lo que yo digo, y si digo que nos vamos. Nos vamos—

—Pero...— hago un puchero— no es justo—

—Tu quisiste jugar, yo gané limpiamente—

—No me quiero ir, vete. Yo volveré temprano en la mañana para el castigo—

—Gran intento, amore. No funcionará— dictamina, cruza sus brazos encima de su pecho— Valentina, estoy seguro que ni siquiera puedes mantenerte en pie—

—¡Claro que sí!— refuto— ¡Mira!—

Bajo de mi taburete con la intención de demostrarle que estoy perfectamente bien, pero en el momento en que pongo mis pies sobre el suelo, todo gira a mi alrededor y me tambaleo suavemente sobre mi cuerpo.

Los brazos de Xander, me sostienen por la cintura a tiempo antes de que me haga un daño más grave, intenta evitarlo pero escucho como esconde su risa detrás de un resoplido antes de colocarme en mis pies, pegándome a su pecho.

—No sé qué necedad tuya me preocupa más, si la ebria o la sobria— afirma, sonrío. Me pego a su pecho, lo abrazo por la cintura— nena, lo mejor será que nos vayamos—

—¿No quieres oírme cantar?— inquiero con un pequeño puchero— te va a gustar, cucciolo—

—Amore...— toma mi rostro para besarme brevemente con una pequeña sonrisa— cantas horrible, mis tímpanos van a sangrar con tu voz—

—Pero...—

—¿Tienes idea de lo preocupado que estaba por ti en el momento en que no te vi en la cama a mi lado?— niego, muerdo mi labio inferior con cierta culpa— nena, casi me metes un susto de muerte al pensar que te había pasado—

—Estoy bien—

—Estás ebria—

—Con mis extremidades—

El amor del ZarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora