El amor del Zar

Capítulo 59

Xander.

No dejo de sonreír contra la boca de Valentina, mientras sus labios se mueven en sincronía con los míos y el ligero sabor salado de sus lágrimas llega a mi paladar pero no me importa, nada puede arruinar este momento porque todo es tan malditamente perfecto al punto en que los latidos de mi corazón, no dejan de acelerarse a medida de que todas las emociones se asientan en mi sistema.

Te amo, Xander.

No puedo creerlo...

Ella realmente lo dijo.

¡Lo dijo!

Después de tantos años...

Todo se siente en paz.

Cuando nos separamos por la falta de aire, no puedo borrar la sonrisa de mis labios a la par que mi respiración se entrecorta pero lo ignoro, la mirada brillosa de mi pequeño solnischko me dicen todas las emociones que están pasando por ella pero que no tiene una intención de detenerlas y tengo que contener un momento la respiración al ver una emoción específica en sus ojos negros.

Amor.

El mismo amor con el que me miraba hace tantos años atrás, volvía a mirarme de la misma manera pero con más intensidad que hace tiempo. Beso brevemente su boca antes de que hacer que nos pongamos de pie y vuelvo a tomar su rostro en mis manos, presiono mis labios contra los suyos un par de segundos mientras que mis pulgares limpian el resto de sus lágrimas para unir mi frente con la suya.

—Repítelo, nena—

Una sonrisa más grande se forma en sus labios y el brillo en sus ojos negros aumenta ante mi petición, una de sus manos acaricia la mía de manera suave, pasando su pulgar por mis nudillos y con seguridad, vuelve a repetir esas palabras que tanto he anhelado volver a escuchar de nuevo en algún punto de mi vida antes de morirme.

—Te amo, Xander—

—Otra vez, amore— le pido, rozo mis labios con los suyos. Se ríe por lo bajo— solo una vez más...—

—¿Estás seguro que una vez más bastará?—

Niego.

—Quiero escucharlas el resto de mi vida, incluso cuando llegue el día en que me muera. Jamás, quiero dejar de escucharlas por que se han convertido de nuevo en el motor en alma para que no se sienta tan sola— no dejo de acariciar sus mejillas, sonrío— una vida entera, no va a bastarme para desear de escucharlas, Val—

—Xander...—

—Repítelas, solnischko—

—Te amo, Xander— su mano acaricia mi mejilla, siento como otra lágrima se desliza por mi mejilla que limpia suavemente, sus labios se unen a los míos un momento— ahora, mañana y siempre voy a amarte, cucciolo. En esta vida, en la otra y en todas las que tengamos por delante, jamás voy a dejar de amarte ni un segundo—

—Joder, nena— no puedo dejar de besarla— te amo tanto, Valentina Marchetti. Te garantizo, mi amor. Que esta nueva oportunidad en nuestra historia será algo mucho mejor— tomo sus manos ahora, besos sus nudillos suavemente y no puedo evitar sonreír ante el ligero sonrojo que asoma en sus mejillas— y esa, es una promesa que planeo cumplir hasta el final de mis días—

Sus manos sueltan las mías para envolver sus brazos alrededor de mi cuello y acercarme a ella, sonrío con ternura al ver que tiene que ponerse ligeramente puntillas para que sus labios alcancen los míos para besarme antes de murmurar por encima de ellos.

—Jamás dejé de amarte, Xander...— asiento suavemente, se ríe por lo bajo— creo que...— pasa su lengua por sus labios— siempre, estuve esperando por ti, nuevamente.Y ahora...— niega con cierta diversión— no puedo creerlo, es...—