"Siempre voy a ser tu padre"
🖤🖤🖤🖤🖤
Remy.
El grito que proviene de la planta alta me alarma para colocarme de pie en un solo salto, al igual que todos los demás que estamos en la sala de estar, dejo la taza de té encima de la mesita de café para ir en dirección hacia el grito, por que lo conocía mejor que nadie.
Era de Valentina.
¿Estaba ocurriendo algo con los niños?
Cuando todos estamos dispuestos en ir hacia el grito, veo como la figura de mi hija se asoma en la planta baja justo en la entrada de la sala de estar, detrás de ella venía Xander con una mirada de molestia pero la de Valentina, era difícil de descifrar. Al punto, en que comenzaba a caminar de un lado a otro de forma desesperada, a su lado, su esposo trata de tranquilizarla pero lo único que consigue es que una risa hueca salga de sus labios, cosa que nos confunde a todos.
—¿Mi niña...?— inquiero en tono suave, puedo notar que los nudillos de su mano izquierda están ligeramente rojos— ¿Cariño que ocurre?—
—Es que...— me mira un momento antes de volver a echarse a reír— tengo que estar alucinando, debe ser eso...no es posible, simplemente...joder, juro que yo lo vi morir. ¡Él estaba en ese maldito piso muerto! ¡Tu lo viste también!— grita por lo alto, pasa una mano por su cabello— tiene que ser una maldita mentira...no después de tantos años...¡No ahora!—
Frunzo ligeramente el ceño al igual que los demás ante sus palabras, doy un paso hacia ella pero antes de que logre acercarme tan siquiera un poco, mi hija se abalanza contra mis brazos para tomar mi rostro con sus manos y me mira a los ojos, puedo ver un dolor agudo mezclado con enojo y rencor mientras que se aguanta las lágrimas a derramar.
Nunca había visto que su mirada fuera de esa manera, comienzo a preocuparme.
—Dime que no lo sabías...— murmura con dolor, sus ojos se cristalizan un poco más. Algo cala en mi pecho con miedo por el temor a que el tiempo con ella, se me haya acabado— dime que no lo sabías, Remy. Por favor, dime que no sabías que él...—
—Mi niña, respira, primero— intento calmarla, coloco mis manos encima de sus hombros— intenta tranquilizarme, dime, ¿que no quieres que sepa? ¿Los niños están bien?—
—Lo están, Remy— responde Xander, asiento. Su mandíbula se encuentra tensa— simplemente, ha ocurrido algo que no debía ser posible...—
—Es que...— su voz se ahoga un momento— no puedo creerlo...él, Remy. No estuvo más...él está muerto...debe estar muerto, no puede...venir a hacerme esto...no a mí...—
—¿Quién cariño?— inquiere Yerik a mi lado, ambos miramos a nuestra hija preocupados ante su estado— ¿Quién debería estar muerto, Valentina?—
—Se supone que yo estoy muerto desde hace más de quince años, Morozov—
Yerik y yo nos congelamos en el momento en que escuchamos esa voz gruesa en la entrada de la sala e inmediatamente, siento como las paredes de nuestro mundo comienzan a temblar con fuerza ante la figura que se pasea por la sala de estar con las manos en los bolsillos de su pantalón con una pequeña sonrisa petulante en sus labios, la misma arrogancia que siempre ha poseído emana de él, tal como recordaba.
No puede ser posible...
—No...— murmuro, Yerik se mantiene en su lugar. Congelado al igual que yo— se supone que tú estás muerto—
—Exactamente, se supone que lo estoy, Messina— habla, acomoda las mangas de su saco— una lástima, el infierno no me quería aún—
—Yo...te vi morir— frunzo el ceño— lo juro por Lucifer, es que yo te vi morir, Valentino. Estabas en el piso, luego de la explosión de la camioneta de donde te saqué. No tenías pulso, Marchetti—
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El amor del Zar
General FictionSecretos. Traiciones. Odio. Venganza. Poder. Una guerra. Rencores y viejos amores del pasado. Una Reina. Un Zar. Un Capo. Un error prematuro cambió la vida de todos. Ahora, es tiempo de tratar de remediarlo para conseguir el mismo objetivo. Dos mafi...