Ojos Oscuros

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Una niña jugaba con su patito en la bañera mientras se bañaba – Ya es hora de salir Di – dijo la madre, ella hizo un puchero, pero de todos modos salió, su madre le secaba el pelo mientras ella se acomodaba su camisón para dormir.

– ¿me contarías un cuento mami? – preguntó Diana.

– Yo te contaré un cuento hoy hermanita – dijo su hermano desde el umbral de la puerta. Ella feliz de que su querido hermano le contara un cuento, corrió hacia su cama agarrando su peluche y atenta comenzó a oír a su hermano.

Diana escuchaba atentamente la historia que le contaba su hermano antes de irse a dormir. Le parecía algo espectacular aquel relato, pero de un momento comenzó a ponerse demasiado terrorífico para ella, una niña de tan solo 7 años.

Lo que era un cuento para antes de dormir sobre princesas y príncipes, paso a uno donde relataba la historia de “El observador” un ser que de noche te vigilaba con unos ojos tan oscuros como la noche y vacíos, sin ningún rastro de alma. Era normal contarles esta historia a los niños para que duerman antes de las 22.00. Se les decía que aquel ser vendría por él en la noche y se llevaría sus ojos, los que alguna vez perdió.

La niña temblaba de miedo mientras veía su reloj en su mesita de noche, luego de que su hermano se retirará solamente faltaban minutos para que aquel aparato marcará las 22.00 de la noche. Abrazaba su osito justo cuando dio la hora donde todo sucedería y rápidamente se metió entre sus cobijas cerrando bien fuertes sus ojitos.

Escuchó que la puerta de su habitación se abría, por su luz de noche vio una sombra dirigirse hacia ella y luego sintió como la destapaban, el idiota de su hermano había planeado todo para asustarla, vio la oportunidad y la aprovecho. Lo que él no se esperaba, es que la lucecita de su hermana se apagará y de una de las esquinas donde no se veía nada saliera aquel ser sin ojos, aquel ser de la historia, aquella cosa quien le sacó los ojos al muchacho y su cuerpo se lo comía muy lentamente, degustaba cada parte de su carne.

– Valla!, te tuviste que haber acostado temprano hermano – dijo la niña, ya no tenía miedo ni sintió lástima por su hermano, bien que se lo merecía.

Ya saben personitas, acostarse temprano o si no sus ojitos serán arrancados…

Relatos terroríficosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora