Cena familiar (parte 2)

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Sentía su cuerpo ardiendo por alguna extraña razón, sus ojos se acostumbraron a la tenue luz de la habitación, quiso moverse, pero sus extremidades estaban sujetas, por lo que pudo identificar como cinturones de cuero.

Observó, a su alrededor, varias herramientas de carnicería, sonreí, una mesa, una camilla de hospital en la esquina y una silla de choques en la cual él estaba situado.

Quería gritar, pero el trapo en su boca no se lo permitía, sentía asco por todo su ser, se comió a una persona y lo había deleitado con tanta exquisitez que su estómago se revolvió teniendo unas ganas horribles de vomitar.

Escuchó una puerta, abrirse para luego cerrarse junto a unas voces provenientes de una escalera <<Estoy en un sótano>> pensó Nacho, si quisiera escapar se le haría muy difícil.

– Vaya, nuestro bello durmiente por fin despertó – el trapo de su boca fue quitado, no podía creerlo, frente suyo se encontraba su suegro y la persona con quien estaba dispuesto a pasar toda su vida, su novia.

– ¿Qué hago aquí? – pregunta ya asustado por su vida.

– No es obvio amor – dijo burlonamente su exnovia – estamos por preparar la carne para el asador – su sonrisa, la que en alguna vez le pareció la cosa hermosa, ahora era la cosa más macabra que nunca había visto.

– Mi princesita hizo bien su trabajo – el hombre agarró un machete de la mesa.

– ¿Qué tipo de trabajo?

– El traer carne fresca, comida para nuestra mesa – dijo de manera despreocupada afilando su arma.

– No puede ser – dijo sorprendido – ¡malditos caníbales!

– No hay que alterarnos muchacho – camina detrás del logrando que la chica quedara justo enfrente – vamos a tranquilizarnos ¿sí? – El machete fue puesto en su cuello, por lo que no tuvo más remedio que asentir – bien, comencemos.

La acción que tenía pensado el hombre no pudo continuar, ya que su mujer lo había llamado, suspiro y le pidió a su hija que lo vigilase, pero si quería lo podía torturar de manera leve le dio pase libre para que se divierta.

Cuando vio que su padre cerraba la puerta, corrió rápidamente a liberar a Nacho, por lo que él la vio confuso.

– ¿Qué…?

– ¡Shhh!, pueden oírnos – susurro la chica – como lo siento, yo no quería meterte en esto – su voz sonaba quebrada, le dolía ver al chico que ama allí atado.

– Creí que en verdad querías matarme – cuando Nacho se liberó, agarró el rostro de su novia acariciándole el cachete.

– No, para nada – decía mientras lo veía a la cara – ahora hay que hacer ver que me atacaste y te escapaste – le señaló una ventana en donde su cuerpo podría pasar, sin que se diera cuenta Nacho agarró un fierro tirado en el piso y de un solo golpe la tumbo dejándola inconsciente.

– Tú y tu maldita familia caníbal – ya no era él, claro está que se sentía traicionado – mira que tenemos aquí, un lindo cuchillo.

Sin pensarlo corto cada una de las extremidades de su exnovia, riendo y sintiéndose gustoso por la sangre que le salpicaba en la cara. Se llevó un pedazo de la pierna mordiendo y está deleitándose con su sabor. Ahora lo que le quedaba era el resto de la familia.

Qué giro tan peculiar de esta historia y que dramática CENA FAMILIAR.

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