Tomaru- Shinichiro/Manjiro Sano

16

Darin

Las llamadas de Emma, de los padres de Pa-chin, los de Mitsuya y Draken, alertaron todas mis alarmas. No me dio tiempo y tomé el tren lo más rápido que pude.

Apenas llegué, fui en dirección de la casa Sano, estas fechas dolían, hoy era el cumpleaños de Shinichiro, y esperaba llegar un día después, y no hoy.

—¡Ya llegué! —apenas entré a la casa Sano avisé a todos para que me escucharan, las pisadas desesperadas se acercaban apresuradamente, dándome como primera visión la cabellera rubia de Emma.

—Darin-nee.

—Ya estoy aquí, ¿Dónde está Manjiro?

Su mirada llena de preocupación me deba a entender en el lugar que estaba, caminé con cuidado hacía la habitación que no esperé ver apenas llegar.

—¿Manjiro? —entré con cuidado viendo como tomaba la mano de Shinichiro con cuidado —ya volví.

—Darin-nee...

—Vamos, dejemos a Shinichiro descansar, ya me contarás lo que sucedió, ¿De acuerdo? 

—Si...

Sonreí con pena pero acató la orden, dejándome a solas con Shinichiro, su rostro mostraba preocupación, asique me acerqué más a el y tomar su mano mientras que con la otra acariciaba sus cabellos oscuros.

—Estoy en casa, cariño, puedes dejarme el asunto a mí, ya veré como arreglarlo —hablé en voz baja para besar su mejilla levemente.

Shinichiro ha estado mejorando sin duda alguna, su rostro ya mostraba signos de querer despertar, y que decir de sus expresiones y movilidad en sus manos, era un gran avance.

—¿Qué sucedió Manjiro? ¿Por qué acabaron así? —lo sujeté entre mis brazos mientras lo cubría con su preciada manta y lo mecía un poco.

—Yo..., no pude evitar que Pa-chin fuera a prisión, él..., apuñaló a Osanai, y..., Draken estuvo de acuerdo en dejarlo ahí, al igual que Mitsuya, la Toman, se está separando, yo..., Darin-nee, no sé que hacer.

—Está bien, ya veré que puedo hacer con Pa-chin, pero..., ¿él dijo algo?

—Quiso afrontar sus actos.

—Es su decisión, Manjiro, no siempre podremos controlar las acciones de los demás, así como yo me fui y no querías, de la misma manera se fue y en unos meses volverá, Pa-chin no es débil, sé que te duele que te quiten lo que más quieres, pero..., también debes aprender a soltar Manjiro.

—Pero..., duele, y no quiero sentirlo.

—Lose..., dolerá, pero eso no cambiará que Pa-chin quiso aceptar la responsabilidad de sus actos.

—Takemichi también salió lastimado ese día.

—¿Y no lo has visto? Emma dice que hubo una fuerte pelea.

—Lo solucionaré, lo prometo.

—De acuerdo..., pero, no dejes que Shinichiro se ponga triste, ¿Sí? Está mejorando, dime, ¿Te gustó su apretón de manos?

—Se sintió bien.

Sonreí con ternura por ello, sin dejar de moverlo levemente dándole caricias en su cabeza para que duerma, sé que le haría falta hacerlo, su peso comenzó a caer más sobre mi, al mismo tiempo que Emma entraba por la puerta y le hacía señas que no haga ruido.

—Deje tus cosas en la habitación, también la cena está lista.

—Bien, iremos enseguida, gracias Emma.