Tomaru- Shinichiro/Manjiro Sano

Final con Shinichiro

Esto parte del capítulo 19

Darin

Apenas fui dada de alta, me llevaron a la casa Sano, no tenía ningún problema, pero no quería ser un estorbo.

—¿Saldrás Manjiro?

—Habrá una reunión, pronto será 22 de febrero, además, esto es serio Darin-nee.

—Lose...

Apenas terminó de alistarse, se quedó un momento dormido, era increíble como alguien tan dependiente como Manjiro sea un gran líder, sin duda alguna es algo que admiro demasiado.

 Lo dejé estar, pero..., la sorpresa no se hizo esperar en mi rostro, Emma estaba igual de sorprendida que yo.

—¿Uhm? Hola.

—Shi-Shinichiro...

Había despertado, con algunos rasguños, pero mirándonos, Emma saltó hacia el gritando, mientras yo me dejaba caer sintiendo mis mejillas mojarse cada vez más. 

Estaba aquí, estaba bien, estaba despierto.

—¿Qué es este escándalo? Emma, trato de... Shinichiro.

—Abuelo.

Incluso el abuelo se tubo que sujetar de la silla para no caer, estaba muy feliz de ello, hasta que recordé algo.

Salí casi corriendo hacía Manjiro que se encontraba dormido.

—¡Manjiro! ¡Despierta!

—Cinco minutos más...

No esperé nada y lo boté de la cama, para luego arrastrarlo al salón, ahí lo vio, y corrió abrazarlo de igual forma.

Y ahora enserio no aguante, y lloré como hace tiempo no lo hacía, lo vi ponerse de pie, con dificultad, pero lo hizo, caminé hasta el para sostenerlo.

—¿Cómo...?

—Fueron días aburridos sin sentirlos, creo que por eso desperté.

—Tonto, Shinichiro tonto.

Me aferré a él para seguir llorando, esto no se haría esperar, Emma llamó a Draken-chan, que vino enseguida, incluso Baji-chan estaba aquí.

—Keisuke.

—Lo siento, Shinichiro, lo siento. 

Todos lloramos por ello, luego de tantas charlas, no supe en que momento me quedé dormida, pero Emma a mi lado, no despertaba aun, no me quejaba, estaba feliz.

El resto del día la pasamos entre charlas y risas, además de recuerdos.

—Darin.

—¿Sí?

—¿Qué más sucedió ese día? —evité mirarlo por un momento, pero debía hacerlo.

—Yo también perdí al bebé, Shinichiro, lo siento, no pude protegerlo.

—No fue tu culpa, fue un accidente.

Me abrazó para animarme, mientras seguía mirando el anillo en mi dedo anular, no me lo había sacado.

—Pero, podemos seguir haciendo más, de todas formas, no quería sólo uno.

—¿Qué? Espera, apenas despiertas, no digas esas cosas —sólo Shin podía hacer estos momento más ligeros.

—Pude escuchar todo entre sueños, sé lo que piensas, además, te vez igual de bonita que la primera vez que te vi.

—Basta.