10-LA PINTURA

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¿Sabías que cuando los leones intentan proteger a sus leonas no les importa si atacan a los mismos leones de su manada? A los que alguna vez consideraron familia.

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Me dolía demasiado la cabeza. Tenía resaca, aunque era más mi resaca moral.

¿Cómo podía haberle hecho eso?

Me sentía tan culpable. Solo veía su cara en mi mente. Esa cara de enojo.

Aunque el también me habia dicho muchas cosas malas. No se por que me sentía tan mal. El habia empezó esta guerra. Bueno tal vez yo la inicié desde el comienzo. Pero igual.

Dios tenía un dilema. ¿Quién tenía la culpa?

Tal vez yo. Si, yo.

Era una horrible persona. ¿Cómo pude hacerle eso?. Tal vez debería pedirle una disculpa.

No. No iba a pedirle una disculpa. El debería pedirmela a mi.

Dios. Me ego era demasiado. Y dios, mi cabezaa.

-Abi. ¿Tienes una pastilla para la resaca? -pregunte tocandome la cabeza.

-Si. Pero y la resaca moral ¿Con que te la quitarás?

Le voltee los ojos.

-Ahora si te pasaste Samantha. -continuo- Todas las cosas que le hiciste a Demian....

-¿Y todo lo que me dijo a mi? ¿Eso no cuenta o que?

-Tu sabes que solo te lo dijo por qué tu empezaste.

Eso no lo justificaba. Y ya estaba arta de que siempre lo defendiera.

-¡¿Me darás la maldita pastilla, si o no?! -grite para acabar con esto.

-Esta en el ropero de mi cuarto. En una caja color verde. -dijo volteando los ojos.

DEMIAN:

-¿Vas a acompañarme si o no? -pregunto Yoali.

A la muy tonta se le había olvidado su bolsa en casa de Abi. Y queria que yo la acompañara.

Y por supuesto que no iba a hacerlo. En mi vida volvía a esa casa. Y mucho menos volvía a dirigirle la palabra a Samantha. Si antes finjia odiarla, ahora realmente la odiaba.

Me humilló, enfrente de todos.

Claro que no iba a volver....

-Acompañala hijo. -dijo mi abuela.

-Pero abu....

-Ya dije Demi. -sentencio. -no dejes que valla sola.

Voltee los ojos. No puede ser.

-Ademas ella te acompaña siempre a todos lados. -continuo.

Si fuera por mi la dejaría en la casa.

-Demian.... -amenazo mi abuela.

-Okey, okey. -accedi finalmente. Competir con mi abuela era una lucha perdida.

Yoali casi salto de alegría.

-Solo tomamos tu bolsa y nos vamos. -sentencie.

Cómo si fuera tan fácil.

SAMANTHA:

-¡¡Abi no encuentro nada!! -grite al no encontrar la maldita pastilla.

-¡¡Busca más arriba!! -grito desde la planta de abajo.

Tal vez me ahorraría todo esto si ella viniera a buscarla.

El ropero era demasiado alto. Tuve que pararme de puntas para alcanzar la parte de arriba.

𝑴𝒊 𝑨𝒎𝒐𝒓 𝑫𝒆 𝑽𝒆𝒓𝒂𝒏𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora