Capítulo 8

106 8 0
                                    


¡Es Sebastián!, ¡Es Sebastián! Joder, es ¡Sebastián!. No podía verme más qu
e debajo de la barbilla. Él empezó a escribir y mi piel se tonaba pálida.

Acaso ya sabrá quien soy?... el miedo me atormentaba.

Sebastián: Hola

Veo que me hace un gesto de saludó con la mano, enarco la ceja y le devuelvo el saludo .
-Uh, hola- dije tímidamente, no esperaba encontrarme a Sebastián en este sitio, tenía tanto miedo de que me reconociera.
Sus manos son grandes, sus dedos extremadamente largos y su sonrisa... ¡Encantadora!.
Los malos pensamientos empiezan a inundar mi cabeza. Nunca me había pasado esto con un chico. Dios mio, __(tn) controlate). Sentía que mis mejillas ardían en fuego puro.

Sebastián: ¡Wow, eres real!, la mayoría de las de este sitio son tremendamente falsas.

¿A que se refería? Por supuesto que soy real.

-Así es, soy real-

Sebastián: ¿Como estás?

-De maravilla...- me interrumpió

Sebastián: Oye, ¿Podrías acomomodar tu cámara?... es que no puedo verte muy bien

Inmediatamente cerré mi laptop cortanto el contacto con Sabastián. Me moriría de pena si sabe que entro a este tipo de sitios. Pero... ėl también lo hace y teniendo novia.
Sentí la necesidad de seguir hablando cln Sabastián, de ver su perfecta piel... sus pectorales. ¡Reacciona __(tn)__... soy una total jodida pervertida!, tragué mi miedo y orgullo y de nuevo abrí la laptop.
Estaba de suerte, seguía ahí.

Sebastián: ¿Sigues ahí?

-Sigo aqui- tomé valor de donde pude y acomodé la cámara de tal modo que el me pudiera ver .

Sebastián: ¡Wow!, ¿__(tn)__?

Fingí reacción de sorpresa y le hice creer que yo no sabía quien era. Esta situación era muy incómoda...

-Ah, si. ¿Me conoces?- estaba totalmente al preguntarle esto, era obvio que el sabía quien era yo.

Sebastián: Más de lo que tu crees, estamos a tres metros.

-¡Dios!, ¿Sebastián? Que pena estoy muy apenada- lo que decía era muy cierto, me arrepentí de haber movido la cámara.

Sebastián: Nunca pensé que entraras a estos sitios.

-siendo sincera, yo no me imaginaba que te encontraría a ti, además tienes a tu insoportable novia- .
El seguía sin camisa y miles de pensamientos bochornosos pasaban por mi cabeza.

Sebastián: No le digas, es que estoy demasiado aburrido... Además tu tienes 16 y yo 19, ya soy mayor de edad. El niñero te prohíbe que vuelvas a entrar a este sitio-

-Ya casi cumplo 17, está bien 'niñero' no vuelvo a entrar. Solo con una condición.-

Sebastián: Ah, ¿Cuál?

-Algun día debes dejarme tocar tu marcado abdomen- le dije pervertidamente y perversa.

Rió entre dientes, asintió y se desconecto.
Hice exactamente lo mismo, lleve la chorola con los platos, cubiertos y vasos sucios a la cocína. Los enjuague y enjaboné, deje que secaran y los coloqué en su lugar. Salí de la cocína y comensé a subir las escaleras lo que menos quería era encontrarme a Sebastián, tan solo con recordar su marcado abdomen me derretia. Lo que no quería pasó.

Sebastián: Mi pequeña __(tn)__ ¿No volverás a entrar a esas páginas verdad?

Dios, tenì la chaqueta abierte y dejaba ver a su paso su abdomen...

-¿Mi pequeña?- reí, me acerqué lentamente a Sebastián y al fin logré mi objetivo... Toqué su deseado abdomen, estaba a unos centimetros de su respiración, me acercaba cada vez más y más y por alguna extraña razón sus labios se encontraron con los míos dando pequeños besos humedos para después continuar con un profundo beso, me tomó de la cintura y yo empecé a darle pequeñas mordidas en el labio inferior, sus labios se movían delicadamente y la profundidad del besos cada vez avanzaba más... mi idiota sentido común habrió pasó en mi mente e hizo que retrocediera, quité sua manos de mi cadera y corrí a mi habitación. Me arrepentiría toda mi vida de esto.

-¡Hice lo correcto! El tiene a su fastidiosa novia- dije tratando de no odiarme a mi misma por retroceder -Pero... tengo que confesar algo... Sebastián me gusta, me gusta mucho-

Enamorada de mi niñero SebastiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora