capítulo 4

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Sparta ya estaba de vuelta en su casa, saludó a los sirvientes de su padre y ellos le dieron la bienvenida y de comer luego se fue a su habitación para hacer su tarea. Ya en la noche comenzó a llorar un poco porque...era su cumpleaños

Sparta: {nada... absolutamente nada ¿¡realmente soy un inútil? ¿no importo si no estoy en un estatus alto? me duele pensar en eso...¿cuánto más? ¿cuánto más?}

Los pensamientos de Sparta fueron interrumpidos por alguien que tocaba la puerta

Sparta:*desanimado* adelante

Francisco: *entra* ¡Amo Sparta! ¡feliz cumpleaños!

Sparta se volteo y miró al chico que estaba en su puerta. Cuando Francisco notó que Sparta había estado llorando le mostró una bandeja que llevaba en las manos y levantó la tapa que tenía

Francisco: le traje pastel

Sparta: g-gracias

Sparta se sentó en la cama y Francisco tomó una mesa convertible que había en la habitación y la colocó delante de Sparta y le sirvió, seguido encendió las velas que tenía el pastel y le cantó la canción de feliz cumpleaños

Francisco: 14, 15, 16, ¡¡17!!

Sparta sopló las velas y Francisco aplaudió después de eso Francis se dió la vuelta para irse

Sparta: e-espera

Francisco: ¿necesita algo más?

Sparta: ¿t-te quedarías? es que...no quiero estar solo

Francisco: ¡claro!

Francis se sentó al lado de Sparta algo nervioso

Sparta: ¿q-quieres pastel?

Francisco: si a usted no le molesta

Sparta: ¡para nada! puedes comer

Francisco: gracias

Francis cortó el pastel y se sirvió a sí mismo y le dió una rebanada a Sparta

Sparta: me haces sentir bien Francisco, siempre...

Francisco: me gusta verlo feliz

Sparta: ¿por qué me tratas bien?

Francisco: porque usted también es mi dueño

Sparta: yo no soy tu dueño...solo lo es mi padre y mi hermano

Francisco: usted es de esa familia y yo obedezco a su apellido

Sparta: dime...¿tú sabes que soy un marginado?

Francisco: ¿marginado? no lo sabía {¿por qué me cuenta eso? yo soy un sirviente que estará a su servicio siempre...me vale que sea un marginado, la verdad me cae muy bien y me gusta mucho verlo feliz } pero igualmente le seguiré sirviendo

Sparta: me agradas mucho

Francis y Sparta hablaron durante un rato y comieron el pastel. Ya eran las 9 la hora de dormir de Sparta así que se acostó en la cama y Francis estaba a punto de irse

Sparta: e-espera

Francisco: dígame

Sparta: ¿p-podrías quedarte? un rato nada más...es que me da miedo estar solo en la obscuridad

Francisco: claro que me quedo, estaré sentado ahí

Sparta: ¿no podrías acostarte a mi lado? es que...

Francisco: no debe darme explicaciones

Francis apagó la luz y se acostó al lado de Sparta para qué pudiera dormir bien. En eso Sparta abrazó a Francis y después de un rato se quedó dormido, Francis veía a Sparta con ternura

Poder -(Spartor)-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora