Capítulo 9. Segunda parte

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Pete gimió cuando Vegas lo empujó hacia la cama y se arrastraba sobre él, inundando su cuello y rostro en besos húmedos y necesitados.

—Pete —decía su nombre como si fuera algún tipo de reverencia u homenaje, con voz apenas reconocible—. Dios mío, Pete —los labios de Vegas viajaron por todo rincón de piel al descubierto, dejando marcas al rojo vivo sobre la palidez del hombre que se retorcía y sacudía debajo suyo entre gemidos suaves y rotos—. Mierda, ¿por qué eres tan hermoso?

Jadeante, Pete se sintió ruborizar.

"¿Hermoso?" logró pensar. "¿Yo?"

¿Acaso Vegas nunca se miró en un espejo?

La luz proveniente de la ventana junto a ellos lo iluminaba de una forma casi angelical, de tal manera que Pete no pudo evitar suspirar mientras acunaba su nuca y lo jalaba hacia sus labios. Estaba tan perdido en el beso que ni siquiera notó cómo lo desvestía por completo, hasta que la separación de sus piernas lo tomó por sorpresa.

Vegas miró de manera fija el miembro nuevamente erecto de Pete y sus ojos marrones no tardaron en tornarse vidriosos. Se inclinó para morder el delicioso muslo interno del contrario, ocasionando que un sonido lastimoso saliera de su boca.

Estaba tan duro que la mera respiración de Vegas sobre su pene dolía.

La mirada de Pete bajó hacia la entrepierna de Vegas lentamente, notando el inquietante bulto debajo de sus pantalones.

—...Quítatelos —dijo al lograr estirar una de sus piernas y presionar aquella hinchazón, sintiendo una reacción inmediata bajo su pie—. Quítatelos, ya.

Una mejilla de Vegas se tensó al instante en un intento por sonreír.

Realmente lo estaba volviendo loco.

Cuando Vegas se desnudó en su totalidad, Pete tuvo que hacer su mayor esfuerzo por no olvidar respirar. No era la primera vez lo miraba sin ropa, pero era definitivamente la primera vez que lo veía tan excitado. Excitado por él.

—Pete... —lo llamó de nuevo en una súplica disfrazada de susurro—. Toca el mío también.

En un movimiento rápido, Vegas terminó apoyándose contra la cabecera de la cama con Pete sobre su regazo, sintiendo su erección en medio de las manos del otro. Pete pudo sentir cómo el aire en sus pulmones lo abandonaba tras enfocarse en lo que había debajo de su mano.

El pene de Vegas era mucho más largo, grueso y venoso de lo que recordaba, la base roja, brillante y dura, imponiendo cierto miedo y emoción al acariciarlo con la punta de sus dedos.

Los jadeos de Vegas cautivaron a Pete conforme la velocidad de su mano empapada de líquido pre-seminal aumentaba, haciéndolo incapaz de desviar la mirada de lo que se mostraba frente a él.

El rostro de Vegas perdiéndose en placer lo excitó tanto que sus deslizamientos fueron cada vez más fuertes y pronunciados. La frente de Pete presionó la suya al bajar levemente la cabeza, y los dedos del otro se enredaron en su cabello con un movimiento necesitado y aferrado.

—Pe-Pete...mierda...—

Pete continuó masturbándolo, buscando desesperadamente el clímax en su rostro.

Ejerció fuerza a través de un leve apretón impaciente, haciendo gruñir al otro mientras fijaba sus oscurecidos ojos en él. Sus alientos entrecortados chocaban y el sudor sobre el rostro de Vegas resbalaba de una manera tan tentadora que Pete se acercó sin siquiera pensarlo para lamer aquellos hilos de sudor, alcanzado finalmente su objetivo por hacer que perdiera el poco control que le quedaba y se estremeciera de manera violenta. Con un gemido ronco de por medio, la mano de Pete terminó llena de semen y con los labios del otro sobre los suyos.

We Don't Talk Anymore [VegasPete] [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora