˗ ˏˋ 𝗩𝗔𝗡𝗘𝗦𝗦𝗔 𝗬 𝗙𝗥𝗘𝗗 𝗛𝗔𝗕𝗜́𝗔𝗡 𝗦𝗜𝗗𝗢 amigos durante años, se habían conocido y aprendido el uno del otro. Sin embargo, en algún punto, las cosas cambiaron. Ellos cambiaron. Y sus sentimientos pasaron de ser cariño amistoso a algo m...
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CAPÍTULO UNO ! ❛ VOLVER A CASA. ❜
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LA VIDA DE VANESSA NO ERA precisamente lo que uno llamaría ordenada y perfecta. Sus padres eran mortífagos, y estaban encerrados en Azkaban desde hacía años, por lo que ella y su hermano habían tenido que quedarse al cuidado de sus abuelos, quiénes no dudaron en aceptarlos y darles un hogar, no una casa simplemente, sino un lugar al que ellos pudieran llamar hogar. Ahora, Nessa ya no era aquella niña asustada y desprotegida, en su lugar era una hermosa mujer de dieciséis años, y los roles se habían invertido; Ahora era ella quién cuidaba de sus abuelos.
Su hermano Adam, era siete años mayor que ella y había trabajado durante años para conseguir su propio apartamento y llevar a su hermana a vivir con él. Aún visitaban a sus abuelos cada fin de semana, pero ahora tenían su espacio, y podían decir, hacer y ser lo que ellos quisieran. Su lazo iba más allá de una hermandad, eran amigos, compañeros, pilares en la vida del otro, y también un desafío. Podían pelear durante horas seguidas, pero se amaban con locura y fervor, y nada cambiaría eso.
—Merlín, dame paciencia. —Adam observaba a su hermana dormir toda desparramada, roncando. Él era ese tipo de personas que se levantaba a las cinco de la mañana y tenía toda una rutina, por lo que, luego de hacer todas sus cosas, se ocupaba del oso que tenía por hermana.
Suspiró y dejo la taza de café que estaba bebiendo a un lado, sobre el tocador de su hermana. El cuarto de Vanessa estaba perfectamente organizado, y lleno de maquillaje, ropa y zapatos. Amaba la moda, y su cuarto reflejaba aquel amor a la perfección. Además, en la pared frente a su cama tenía un cuadro enorme que decía "Filosofía de vida, ¿Te quedas con las ganas o con la anécdota?"
—Nessa, es hora de despertar. —la movió con cuidado, pero no obtuvo respuesta—. Bien. Tú lo quisiste así.
Adam, impaciente, la destapó, la cargó en su hombro y la llevó al baño, donde abrió la ducha y la metió dentro, cerrando rápidamente la puerta.
