Juramento de Amor. © | Reescribiendo ✔ |

𒆜 CAPÍTULO IX

━━━━━━░★░━━━━━━

Ada.

Aterrorizada por los pensamientos traidores que amenazaban con salirse de control, me obligué a tomar un respiro profundo para calmar los sentimientos encontrados. La única decisión sensata que pude tomar fue mantenerme en silencio durante un largo tiempo, permitiéndome reflexionar con frialdad sobre toda la información que había recopilado hasta el momento.

No quería analizarlo, pero dada la situación, de una forma peculiar, me vi obligada a hacerlo. Taehyung me llevaba de regreso a casa en silencio. Conocía esa faceta de él, se reservaba hasta que la situación lo requería para luego enfrentarme o reprenderme por haber actuado de esa manera.

No quería ser melodramático por suposiciones infundadas, pero cada vez que descubría más sobre el pasado de Tae, más desconfianza sentía. No quería desconfiar. Lo amo demasiado y he esperado tanto por él, que asociarlo con su pasado y presente me entristecía.

Hasta ahora, parecía que su abuela Melek había forzado a Taehyung, probablemente cuando la situación se volvió insostenible, a tomar una decisión. Había leído muchos libros sobre las costumbres coreanas, algunas de las cuales podían ser muy estrictas con su legado, hasta el punto de planificar todo su futuro para asegurar su posición en la sociedad. ¿Qué tan malo podría ser eso? No, no quiero imaginarlo. No me veo casándome sin amor, solo para mantener a flote una generación.

¿Hasta qué punto podría afectarnos nuestra situación?, me pregunté. La verdad es que no lo soportaría si ese fuera el motivo que lo llevó a casarse conmigo. No podría perdonarlo.

Aunque pensar en eso era demasiado pronto, pero no podía evitar sentir una punzada de decepción; porque esté no era el matrimonio que imaginaba.

Cuando me di cuenta, ya estábamos dentro de la casa. Taehyung me cargaba en brazos como si fuera una novia recién casada, pero sin ninguna ternura. Intentaba sacarse las botas en la entrada, hasta lograrlo.

— Cierra el paraguas y déjalo caer en el piso. —ordenó sin mirarme. Su voz era fría y autoritaria, como si yo fuera una intrusa en su territorio.

— Taehyung, bájame. Puedo caminar por mí misma. —protesté en voz baja, mientras dejaba en el suelo el paraguas empapado.

— Silencio. —contestó con dureza. No intenté decir nada más, temiendo su reacción. Su mirada era oscura y penetrante, como si pudiera leer mis pensamientos y sentimientos.

Él subió las escaleras conmigo sin ningún problema, como si no pesara nada. Caminó por el corto pasillo hasta entrar a la habitación, dejándome apoyada en el piso finalmente. Luego noté que volvía a la puerta y la cerraba detrás de él.

Me preocupé.

No sabía qué iba a hacer conmigo. ¿Me haría daño? ¿Me obligaría a algo que no quería? En ese momento, no había garantía de nada. Solo sabía que estaba atrapada con él, en un ambiente hostil.

A pesar de que solía tener la costumbre de pensar mal de otros, en ese momento, tuve que hacer un esfuerzo consciente para ver las cosas desde su perspectiva. Mis ojos se desviaron hacia sus manos, apretadas en un puño tan fuerte que los nudillos se habían vuelto casi blancos, un testimonio silencioso de la tormenta emocional que estaba atravesando.

Levanté la vista para encontrarme con la suya, pero su mirada se había endurecido hasta el punto de ser inaccesible.

Estaba claro que estaba furioso. Su pregunta llegó como un golpe, cargada de frustración y confusión.