𒆜 CAPÍTULO IV

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Taehyung.

Realmente estaba pasando mal por el repentino decaimiento de Ada. Tras pasar tres días con fiebre y sin levantarse de la cama, ella me decía que era un simple resfriado, que no me preocupara por nada y que el reposo que le indicó el médico la iba a aliviar. Sin embargo, eso no había sucedido desde entonces.

Tomé la decisión de recibir la ayuda de Eunji, la mujer que siempre estuvo en la familia y que cuidó de mí desde pequeño junto con mi abuela. La mujer, que estaba en sus cincuenta años de edad, siempre se mostraba enérgica y predispuesta para lo que fuera necesario. Su actitud con el paso del tiempo se convirtió en una parte importante en mi vida. Con su llegada a la casa, me di cuenta de que no podía estar en todo. Con su apoyo, actuaba con la pasividad flemática que la caracteriza, controlando y enseñando cada detalle para hacer las cosas por Ada.

Ese mediodía la estaba ayudando a hacer un caldo de pollo. Siendo honesto, soy un desastre en las proporciones a la hora de cortar los vegetales, pero lo estaba intentando. Me preocupaba al no saber el motivo por el cual mi esposa no comía bien y lo único que hacía era alimentarse a través de líquidos. A pesar del contratiempo, me gustaba pensar en el momento en que llegaba para darle de comer, aunque sé que no era necesario, pero mi devoción por el hecho, es simplemente consentirla.

— ¿Sabes al menos si a tu esposa le gusta la carne? —preguntó Eunji desde la cocina, vigilando si estaba lista la comida, mientras yo cortaba el puerro lo más fino posible desde mi lugar en la mesada.

— Ella no es de esa clase, siempre que la sacaba a comer no me demostró en ningún momento ser quisquillosa al respecto. —le respondí.

— No siempre sucede así, a veces uno esconde ciertas conductas para no incomodar al otro.

— Ada es la excepción. —dije confiado.

— Puedes que te equivoques. —insistió y dejé de hacer lo que estaba haciendo, para darle toda mi atención. — Un claro ejemplo está delante de mí. —me enfrenta, cruzada de brazos. — Yo pensaba conocerte mejor que nadie y ahora me entero de que tratas mal a tu esposa. —me reprocha.

— Ya te expliqué sobre eso, no seas dura conmigo.

— No me gusta y menos quiero que te parezcas a tu abuela. —me regaña. — Eso está mal, Tete, y si fuera verdad lo que dices, lo descubrirá y lo único que obtendrás es que ella quiera divorciarse.

— Nunca le daré el divorcio, antes muerto que darle el gusto. —declaré antes de tomar el vaso de agua.

Observé a Eunji, la conozco bastante como para saber que se estaba conteniendo a tiempo, porque sus palabras en el pasado siempre daban con la verdad; pero mi terquedad no quería aceptarlo.

Coloqué el vaso sobre la encimera y tragué saliva, nostálgico. Si supiera que la había escuchado hablar con una amiga, diciéndole que se casó conmigo por dinero, tal vez así comprendería mis actos. Sin embargo, no quería revelar a nadie sobre el tema en sí, porque lo había guardado durante más de tres años para cuando llegara el momento.

Me ahogaba al recordar sus palabras, y mucho más cuando fue a pocas horas de casarnos. Juré que la haría pagar por eso.



Ada Roosevelt.

— ¿Qué te pareció? ¿Está sabroso? —preguntó Taehyung cuando terminé de comer el caldo de pollo.

Juramento de Amor.  © | Reescribiendo ✔ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora