El hombre miraba la figura larga dormida y de nuevo se sorprendió con la belleza etérea de su flamante nuevo esposo.
Era afortunado. El muchacho era perfecto. Cumpliendo recién sus veinte años, gozaba de belleza y juventud. Pestañas largas y espesas que escondían, junto con los párpados, un par de ojos grandes color chocolate. Nariz perfilada y redondeada en la punta dándole ese toque sutil a su rostro. La piel del muchacho era de admirar, sin cicatrices o marcas, completamente lisa y pálida. Mejillas redondas perfectas para llenar de besos; y la mejor parte. Una boca exquisita en forma de corazón, de labios carnosos en un tono rosado natural. Si miraba más de cerca podía ver el lunar en el labio inferior.
Los cabellos oscuros caían desordenados en su frente a la altura de sus ojos adormilados. Recordaba perfectamente haber ordenado que el chico tuviera el cabello largo y mirándolo detenidamente supo que era la mejor orden que había dado. Bajando la mirada se topó con el delicado cuello y las marcadas clavículas agradeciendo fervientemente a la persona que decidió ponerle esa camisa blanca con escote en V. El choker negro de encaje que adornaba el fino cuello creaba un sin fin de fantasías que se moría por cumplir. Sin poder evitarlo relamió sus labios imaginándose saboreando ese delicioso manjar en unas cuantas horas más.
La complexión del muchacho era la ideal. Alto y delgado. De cintura pequeña y piernas largas y estilizadas. Trasero pequeño pero bien formado. Y es que hasta sus manos eran perfectas, con los dedos largos y delgados como los de un pianista.
Bien valía toda la fortuna que había pagado por él.
—¿Quiere qué lo despertemos, señor?
El hombre negó encendiendo un cigarrillo enorme.
—Nuestro príncipe debe descansar un poco más —exclamó con su natural voz gruesa.
Un leve movimiento de los globos oculares captó la atención del hombre mayor.
—¿Estás despertando, príncipe?—caminó unos pasos más hasta sentarse en la orilla de la cama.
Hyungwon apretó las manos debajo de la sábana negándose a abrir los ojos. Sabía que, si despertaba, un infierno comenzaría.
—El muchacho debe tener una pesadilla —comentó la mujer peinando el cabello de Hyungwon con solo sus dedos.
El hombre asintió.
—Salgan todos y dejémoslo descansar.
La orden se cumplió y Hyungwon quedó solo o al menos eso creyó. Al abrir los ojos se topó con la sonrisa amable de la elegante mujer.
De estatura promedio y complexión delgada. De mirada profunda y piel blanca, cabello oscuro recogido en una coleta alta. Kim So Hee estaría a cargo de Hyungwon y todo lo que conllevará a mantener al chico perfecto para el señor Kang, su dueño.
—Buenos días, cielo —sonrió oprimiendo el botón del control para que las cortinas se corrieran y las ventanas se abrieran. —¿Descansaste?
"Recuerda, no hables ni digas nada. Si necesitas responder solo asiente"
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⭒ ❇ The Hidden Boy ❇ ⭒2WON
Romance"Estoy vagando ahora mismo, como un niño perdido" 2Won Hoseok/Hyungwon