El aroma de la comida casera inundó sus fosas nasales. Era imposible seguir durmiendo con el delicioso aroma colándose entre sus sueños. Movió una mano sobre el colchón aún sabiendo que Wonho no estaba ahí. Inhaló profundamente y abrió los ojos con lentitud.
Jooheon cabeceaba en el sillón, que el día anterior había utilizado Minhyuk, y por la manta a sus pies dedujo que el hombre estuvo vigilándolo un buen tiempo. Le costaba pensar que Hoseok lo abandonaba a media noche, pero intentaba comprenderlo. Él tenía necesidades, necesidades que él no podía satisfacer.
Se sentó a la orilla de la cama mirando hacia la ventana. Las cortinas blancas estaban parcialmente cerradas y un rayo de luz buscaba colarse en la recámara. Las paredes color crema, los muebles color chocolate y la calidez que abrazaba su cuerpo no tenía comparación con la prisión en que había estado viviendo los últimos meses. Los únicos buenos recuerdos de esa mansión se debían a Hoseok, el resto deseaba olvidarlo. Las horas de abuso, los golpes, los gritos, la ropa vulgar, Hyungwon no extrañaba nada de eso. Cada noche, después de que Kang salía de su cuerpo y le lanzaba una delgada sábana, lloraba internamente rogándole a quién sea que le borrara la memoria. Que lo ayudaran a escapar. Que lo matara.
¿Cuánto tiempo había pasado antes de que Hoseok lo rescatara?
No tenía idea. Para él, no existía diferencia entre los días. Volvía a vivir solo por Hoseok. Su alma se entibiaba con su sonrisa y su corazón volvía a latir cuando sus ojos se encontraban.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el traqueteo en la cocina. Cuidando de no hacer mucho ruido, salió de la cama. El pijama de dos piezas era lo suficientemente larga para cubrirle los pies, pero corta en los brazos evitándole molestias con el vendaje del antebrazo. Sostuvo sus costillas con una mano y emprendió camino fuera de la habitación. No tuvo que ir muy lejos para encontrarse con Hoseok.
—¡Bebé! ¿Qué haces fuera de la cama? —gimió Hoseok asustado. Devolvió la bandeja con el desayuno a la mesa y corrió a sujetarlo.
—Estoy bien —dijo, forzando una sonrisa. No quería mentirle, pero su cuerpo no colaboraba prestándole dolores en momentos inoportunos.
Hoseok arrugó la nariz y lo ayudó a llegar al sofá de dos plazas. Con mucho cuidado lo recostó y colocó dos cojines bajo su cabeza y uno debajo de su brazo. Depositó un beso en su frente y se alejó con una sonrisa.
—Buenos días, amor —susurró, acariciando con la yema de los dedos su mejilla.
Él le correspondió a la sonrisa, apenado por la amabilidad con que era tratado.
—Jooheon... él está en la habitación.
—Si, lo siento —Hoseok suspiró sentándose en la mesita ratonera —. Lo llamé en la noche para que me ayudara a cuidarte. Mi jefe me recordó que hoy era el último día para apelar una demanda y me puse a trabajar.
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⭒ ❇ The Hidden Boy ❇ ⭒2WON
Lãng mạn"Estoy vagando ahora mismo, como un niño perdido" 2Won Hoseok/Hyungwon